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La gráfica en el FCE
E

n la actualidad resulta imposible separar las distintas categorías artísticas entre sí o de los demás campos del conocimiento. Por eso el Fondo de Cultura Económica (FCE), organismo fundamental en la difusión del pensamiento y de la identidad nacional y latinoamericana, celebra su 90 aniversario con una exposición que da cuenta de la estrecha relación que siempre ha existido entre los textos y la comunicación gráfica. Uno de los aciertos más claros de la editorial ha sido que permanentemente ha invitado a participar a artistas plásticos de nuestro país en la construcción de la imagen de sus libros.

La exposición En el Fondo, no todo son letras: 90 años de gráfica en el Fondo de Cultura Económica da cuenta de esta larga y permanente labor. En sus años fundacionales, el Fondo fue particularmente atinado al incorporar en sus portadas e interiores la obra gráfica de muchos de los representantes de la Escuela Mexicana. Tratándose de un soporte básicamente gráfico (el libro impreso), fue también indispensable trabajar con algunos de los más destacados miembros del Taller de Gráfica Popular, fundado en 1937. La obra de Alberto Beltrán, Leopoldo Méndez, Fernando Castro Pacheco, Elvira Gascón y otros autores, algunos entonces tan jóvenes como quienes conforman las nuevas generaciones de grabadores mexicanos, fue fundamental para que se le otorgara un importante papel al Museo Nacional de la Estampa (Munae) en este proyecto, en una estrecha colaboración entre dos de las instancias culturales más importantes de nuestro país: el propio Fondo de Cultura Económica y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

En el Fondo de Cultura Económica han colaborado muchos artistas talentosos, hombres y mujeres; tantos, que sería imposible nombrarlos a todos. Desde sus inicios, la editorial convocó a los más destacados representantes década tras década. No sólo a partir de los movimientos emanados de la Revolución, sino también a muchos de los personajes sustantivos del exilio español, como Vicente Rojo, que influyó en el desarrollo del arte moderno mexicano, a las posteriores generaciones de diseñadores gráficos, la mayoría de ellos formados en la industria editorial antes de que se profesionalizaran los estudios universitarios de estas disciplinas. Cabe mencionar a Rafael López Castro como gran colaborador y, por supuesto, a aquellos artistas cómplices de la literatura emergente que tanto impacto tuvieron en el desarrollo de las letras latinoamericanas en los primeros años de la segunda mitad del siglo XX. Durante las últimas décadas, el Fondo tuvo la visión de invitar a muchos de los más reconocidos artistas gráficos de nuestro país, que no podemos dejar de mencionar, como Rufino Tamayo, Juan Soriano, Manuel Felguérez, José Luis Cuevas, José Chávez Morado, Raúl Anguiano, Héctor Javier, Vlady, Francisco Toledo, Helen Escobedo, Francisco y Alberto Castro Leñero, Boris Viskin, Perla Krauze y Daniel Lezama.

La exposición cuenta con obra gráfica y cerca de 250 piezas entre bocetos, pintura, libros, material fotográfico, maquetas arquitectónicas y una línea de tiempo que subraya la idea central de este proyecto al ofrecer un recorrido por la historia de nuestro país. Con orgullo, resaltamos el hecho de que algunas de las piezas más relevantes forman parte de la colección del Munae.

Como es de sobra conocido, México es un país con un lenguaje plástico y gráfico reconocido internacionalmente. Su gran potencial se dio a conocer a partir de la Revolución, cuando compitió abiertamente con otros polos culturales. En el ámbito editorial, de la mano de las imágenes, el Fondo de Cultura Económica impulsó la formación intelectual mas allá de nuestras fronteras de toda América Latina. La intención del Fondo ha sido llevar la cultura a todas las personas por medio de los libros; por eso forma parte fundamental del proyecto de nación que ha caracterizado a nuestro país y es una de las instituciones más preciadas que hemos construido a lo largo de nuestra historia.

Desde nuestra independencia como nación y consolidación como país, México se ha caracterizado por sus esfuerzos de socializar la cultura. Y lo ha hecho con varios proyectos e instituciones, por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y, obviamente, el FCE. Para expresar lo anterior, esta muestra consta de un amplio recorrido por la historia de las ideas plasmadas en el irremplazable formato del libro impreso y también por el arte moderno y contemporáneo de México, de la mano de sus artistas, pintores e intelectuales que trabajaron espontáneamente o ex profeso para establecer un vínculo entre las ideas y el arte en cientos de libros publicados por el Fondo de Cultura Económica.

La estrecha relación que existe entre la obra gráfica y la palabra hace que esta exposición sea un referente histórico de nuestros aportes.

La muestra se inauguró a principios de mes en el Centro Cultural Rosario Castellanos (avenida Tamaulipas 202, colonia Hipódromo Condesa) y estará abierta al público hasta el 1º de octubre.