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Economía moral

Cuatro formas de la teoría crítica de Marx en la visión de György Márkus / I // Invitación a la presentación de mi libro y celebración de mi trayectoria intelectual

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n los últimos cinco meses he dedicado el contenido de esta columna a lo que se conoce como teoría crítica (TC). El impulso inicial que me llevó a centrarme en esta temática fue el 90 aniversario del nacimiento, en Budapest, de György Márkus (GM), mi gran maestro al que nunca pude conocer personalmente (falleció en 2016). Por eso también me he referido casi exclusivamente a la TC de la Escuela de Budapest (EB) que formó György Lukács (muy conocido por su libro Historia y conciencia de clase, por el cual se considera el fundador del llamado Marxismo Occidental; libro publicado en alemán en 1923, del cual hay versiones en español que se pueden bajar por Internet o comprar) con un grupo de seguidores de dicha ciudad, entre ellos GM y Ágnes Heller. Empecé esta ya larga cadena de entregas el 12/04/24, con un homenaje a GM, en el que di un panorama amplio, pero incompleto de su obra; en las entregas (cada viernes) del 19/04/24 al 24/05/24, escribí sobre la dedicación prioritaria, a partir de 1980, de GM a los temas de la cultura (artes y ciencias); el 31/05/2024 escribí sobre la caracterización de la TC escrita por Max Horkheimer, uno de los fundadores de la Escuela de Fráncfort y que destaca las semejanzas con la TC de la EB; el 14 y 21 de junio narré la versión del materialismo marxiano de GM, entregas en las cuales comencé a narrar los contenidos centrales del segundo gran libro publicado por GM ( Language and Production) después de Marxismo y antropología de los años sesenta; continué con sus aportaciones del papel del consumo en la reproducción capitalista, entrega del 28/06/24; en las siguientes cuatro entregas (viernes del 5 al 26 de julio) narré las ideas de GM sobre la reificación (o cosificación) y las antinomias de su superación, y, por último –saltándome el capítulo 4 que retoma el paradigma del lenguaje o la comunicación a través del intento de Jürgen Habermas, de integrar los dos paradigmas, el del lenguaje y el de la producción–, del 2 al 30 de agosto, resumí el capítulo V (y último) de la parte II del libro mencionado que aborda la posibilidad de la TC, que es una concepción de la teoría en la cual ésta no sólo explica el mundo social como es, sino delinea hacia dónde debemos luchar (e idealmente hay ya una lucha organizada) por transformarlo. Con todas estas entregas he resumido algunos escritos de autores sobre las aportaciones al tema de la cultura de GM y casi toda la parte II (4 de 5 capítulos) de Language and Production (no disponible en español) de GM. La parte I, conformada por un único capítulo, no me he sentido capaz de resumirla (puede que lo intente en otro momento), porque gira en torno a temas y autores que no he trabajado. Quedan pendientes por narrar dos apéndices del libro, uno titulado Cuatro formas de la TC. Algunas tesis sobre el desarrollo de Marx, que hoy empiezo a narrar, y el apéndice II, titulado Marx y el problema de la tecnología.

En el apéndice I, GM empieza señalando que sería muy presuntuoso intentar una presentación única del desarrollo del pensamiento filosófico de Marx, porque la bibliografía al respecto es muy amplia y porque el tema requiere poner mucha atención filológica en los detalles. Que de todas maneras va a abordar el tema porque piensa que hay algo esencialmente erróneo en las caracterizaciones alternativas y competitivas que hay en la bibliografía al respecto y quiere dar una nueva luz sobre aspectos importantes, pero descuidados del mismo. La bibliografía se centra en la antinomia ruptura/continuidad entre el Marx joven y el maduro. Esta antinomia, dice GM, sirvió como maniobra distractiva para poder hacer a un lado obras que no se podían asimilar en la ideología comunista oficial. Fue después de 1955-1956 que la concepción de una ruptura fundamental en el desarrollo de Marx fue atacada, en el nombre del nuevo renacimiento de Marx, que redescubrió y rehabilitó al joven Marx, y demostró la continuidad esencial de su obra, al menos desde 1844. Esta vuelta interpretativa estuvo motivada principalmente por la intención de demoler el marco de referencia petrificado del marxismo oficial, encontrando en la tradición marxista clásica misma elementos que sirvieran de punto de partida para enfrentar teóricamente las cambiadas condiciones de nuestro tiempo. Sobre todo en Europa del Este, esta tendencia estuvo conectada, desde el principio, con una búsqueda de las bases teóricas y la justificación ideológica para la incipiente crítica de las supuestas sociedades socialistas, incluyendo el carácter abstracto de la noción de alienación en el Marx temprano. GM sostiene que esta última tendencia en la interpretación de Marx ha obtenido resultados objetivos duraderos. Ha probado que ideas supuestamente de Hegel o de Feuerbach como los términos objetivación, alienación, esencia humana, están presentes y desempeñan parte constitutiva en obras de Marx que no pueden considerarse tempranas o inmaduras.

Ojalá puedas asistir el martes 10 de septiembre a las 5.30 p.m. a la presentación de mi nuevo libro, en la cual se hará un reconocimiento a mi trayectoria intelectual:

www.julioboltvinik.org