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Museo de San Carlos recorre la liberación de la silueta femenina a través del tiempo

En 149 piezas, la exposición revisa los cánones de belleza vigentes del siglo XVI a mediados del XX // La colección del recinto entabla diálogos con lo pop, la gráfica y la publicidad

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▲ Fragmento de Mañana de sol, del español Pierre Ribera, cuadro que forma parte de la exhibición Representaciones femeninas en transformación, la cual explora el papel de las mujeres en la historia del arte y la cultura visual de México. La muestra permanecerá en el Museo Nacional de San Carlos hasta el 16 de febrero de 2025.Foto cortesía del Instituto Nacional de
Bellas Artes y Literatura
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de septiembre de 2024, p. 2

La anhelada liberación de la silueta de la mujer es el eje de Representaciones femeninas en transformación, exposición alusiva a los cánones de belleza vigentes del siglo XVI a mediados del XX, que se presenta en el Museo Nacional de San Carlos (MNSC).

La muestra de 149 piezas, entre óleos, grabados, fotografías, vestidos, revistas y parafernalia, incluye una pequeña colección de Barbies en papeles emancipadores de bombera, beisbolista, doctora o astronauta, así como una serie de clips de películas producidas en los años 60, con arquetipos de mujeres liberadas. La mayoría de la obra es de la colección del MNSC.

La exhibición forma parte del proyecto de trabajo trazado por el recinto en torno al papel de las mujeres en la historia del arte y la cultura visual de México. En esta ocasión, la manera en que la mujer ha sido representada desde una perspectiva masculina y cómo esto ha determinado a lo largo de la historia no sólo esta imagen, sino también la propia corporalidad de las mujeres, indicó Mireida Velázquez, directora del MNSC.

El recorrido de la exposición comprende desde el opulento cuerpo de Susana, acosada por los viejos, en referencia al conocido paisaje bíblico, pintado en el taller de Rubens, pasando por los restrictivos corsés, el retrato que Raúl Anguiano hizo a la poeta Pita Amor, desnuda, sin prejuicios, y un traje sastre de marca Christian Dior vestido en 1972 por María Félix.

Ana Elena Mallet, curadora de la muestra con Mariano Meza y Pilar Obeso, hizo hincapié en la posibilidad de trabajar los acervos de nuestros museos con distintas miradas y aproximaciones académicas, algo relevante en la discusión actual al hablar de conservación y renovación de los mismos.

La propuesta fue hacer una exhibición de cultura visual, transhistórica, cuya base es la colección de San Carlos, a la vez que entabla diálogos con lo pop, la gráfica y la publicidad. Para Mallet, quien sobre todo trabaja el material del siglo XX, resultó un reto enorme ver cómo esta colección se puede traer al presente y generar discusiones que nos interesan, que se han visto en otras exposiciones que hemos hecho. Es darnos cuenta en qué medida las muestras de nuestros museos están vigentes, que las podemos traer al presente y discutir temas actuales.

Representaciones femeninas… versa sobre las alteraciones al cuerpo, cómo nos seguimos viendo, sobre todo, cómo nos han visto los hombres, a la vez que hemos sido parte y cómplices de este sistema patriarcal. También, cómo hoy tenemos las herramientas para generar discusiones a través de estos materiales y reflexionar al respecto, afirmó la curadora.

La moda y sus vaivenes

El tema de la moda y sus vaivenes juega un papel destacado en la exhibición, que cuenta con préstamos de la colección de Rodrigo Flores, entre otras particulares. El público suele preguntar por qué en México no hay más exposiciones de moda, anota Mallet. Resulta que la moda, por lo menos aquella representada en la muestra, no da con los cuerpos actuales. Mandamos a hacer unos maniquíes especiales; sin embargo, cuando llegaron los vestidos, tuvimos que raspar los modelos para que les quedaran.

Durante mucho tiempo imperó la imposición de la cintura de 45 centímetros. La angostura de la cintura, y una aparente inmovilidad, hablaba de la clase social a la que pertenecían y cómo se desenvolvían las mujeres, anotó Pilar Obeso.

Es hasta finales del siglo XIX, durante la belle époque, que la mujer empieza a liberarse. A cambio del corsé se impone el escote, elemento de importancia para comenzar a descubrir el cuerpo o seguir teniendo en mente a la mujer como objeto de deseo.

Durante los locos años 20, la silueta se volvió mucho más fluida. Después de la Primera Guerra Mundial, las mujeres empezaron a tomar más las riendas de su vida. La publicidad de las tiendas departamentales evidencia el cambio en la figura.

Dividida en cuatro núcleos temáticos, el último, La mujer se libera, cierra con una serie de clips de películas icónicas: Los caifanes (1967), Tajimara (1965) y Patsy, mi amor (1969). En esta última, la actriz Ofelia Medina interpreta a una joven completamente liberada, que estudia en la Universidad Nacional y habla sin tapujos de tener múltiples parejas.

Representaciones femeninas en transformación se exhibe hasta el 16 de febrero de 2025 en el MNSC (avenida México-Tenochtitlan 50, colonia Tabacalera).