Quienes encabezan las movilizaciones estudiantiles contra la reforma legislativa no están defendiendo la democracia, no están defendiendo al Poder Judicial ni su autonomía, están defendiendo sus privilegios, afirmaron integrantes del movimiento Jóvenes por la Reforma Judicial, durante las manifestaciones que realizaron en la Corte (la clausuraron de forma simbólica) y el Senado.

Como estudiantes, vemos la diferencia; los compañeros que protestan en su mayoría son de escuelas privadas de la Ciudad de México, y la reforma plantea mejorar la justicia y mayor honestidad de quienes integran la Corte y la Judicatura.

En instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alumnos de las facultades de Derecho, Filosofía y Ciencias Políticas; de posgrado y de la Escuela Nacional de Trabajo Social; del Instituto Politécnico Nacional; de la Universidad Autónoma Metropolitana y de la Universidad Rosario Castellanos se manifestaron en favor de la reforma judicial, a un costado del edificio de Rectoría de la máxima casa de estudios.

En el acto, Jaime Miguel Moreno, profesor desde hace 42 años en la Facultad de Derecho de la UNAM, destacó: “estoy totalmente a favor de la reforma. En la universidad convergen todos los pensamientos, posturas, proyectos e ideas , no hay una hegemonía intelectual; esa es la gran riqueza de la máxima casa de estudios.

Se está discutiendo esto a destiempo, porque se determinó en las urnas, y fue clarísimo el resultado el 2 de junio. Hay dos modelos de nación enfrentados, pero fueron 36 millones de votos que por ningún motivo se pueden desdeñar.

Las movilizaciones en favor de la reforma también llegaron al Senado, adonde también acudieron integrantes del Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes, quienes señalaron que están cansados de jueces corruptos, que favorecen a los delincuentes de cuello blanco.

Por ello, afuera del recinto corearon varias consignas, como jueces competentes, para los inocentes.

Melina Escandón, dirigente del colectivo, manifestó que la reforma judicial es un hecho y no hay marcha atrás. Somos familiares de todos los presos de manera injusta en todos los reclusorios. Trabajadores, jueces y magistrados están acostumbrados a ganar mucho dinero en el Poder Judicial y a hacer y deshacer a sus anchas.