Analistas acusan a Zelensky de negligencia
Moscú asevera que el instituto era un objetivo legítimo
Miércoles 4 de septiembre de 2024, p. 25
Moscú. Medio centenar de muertos y más de 200 heridos dejó ayer el impacto de dos misiles balísticos Iskander-M rusos en el territorio que alberga el Instituto Militar de Comunicaciones de la ciudad de Poltava, centro de Ucrania, a unos 120 kilómetros de la frontera con Rusia.
El presidente de Ucrania, Volo-dymir Zelensky, informó de fuertes explosiones en el territorio de una institución educativa y una clínica vecina. Se destruyó parcialmente uno de los edificios del Instituto de Comunicaciones. Quedó gente bajo los escombros. Se pudo rescatar a muchos. Hay más de 180 heridos. En este momento sabemos de 41 muertos. Mis condolencias a todas las familias y allegados
, escribió en su cuenta de Telegram.
De acuerdo con datos preliminares dados a conocer horas más tarde por Filip Pronin, jefe de la administración militar de la región de Poltava, murieron 50 personas y 219 resultaron heridas. Por la noche, la oficina del fiscal general de Ucrania elevó la cifra de decesos a 51.
La agencia oficial de noticias de Rusia TASS reportó que “más de 300 militares ucranios murieron o resultaron heridos, cuando dos misiles Iskander-M alcanzaron el centro de entrenamiento de las fuerzas de comunicaciones del ejército de Ucrania en Poltava. Entre ellos había sin duda instructores extranjeros”, aunque cita a una fuente anónima del entorno militar
ruso.
Zelensky ofreció llevar a cabo una investigación exhaustiva y rápida
de todas las circunstancias en que se produjo el ataque, el cual, según adelantó el ministerio ucranio de Defensa, cayó de sorpresa y no hubo tiempo para evacuar a las personas que se encontraban en los edificios del instituto.
Entre que sonaron las sirenas y llegaron los mortíferos misiles hubo un lapso tan corto que muchos quedaron atrapados cuando corrían hacia los refugios antiaéreos
, señala en un comunicado el servicio de prensa castrense.
En un claro mensaje a Estados Unidos y sus aliados, Zelensky rei-teró que Ucrania necesita con urgencia más sistemas de defensa antiaérea y misiles, así como ataques de largo alcance que nos puedan proteger del terror ruso. Cada día de tardanza (en autorizar el uso de armamento occidental en territorio ruso), por desgracia, supone la pérdida de más vidas
.
Lo que no dijo Zelensky es que la institución educativa
era una de las principales academias militares de Ucrania, que prepara especialistas en comunicaciones y guerra electrónica, y que los muertos y heridos, casi en su totalidad, eran oficiales y soldados del ejército ucranio. Desde la óptica del ministerio ruso de Defensa es un objetivo militar legítimo
.
Estas omisiones deliberadas provocaron ayer una ola de críticas a Zelensky en las redes sociales ucranias debido a que su gobierno hace caso omiso de las advertencias en el sentido de que mantener bases, campamentos y centros de estudios militares en zonas densamente pobladas lejos de los campos de batalla pone en riesgo a los habitantes de las ciudades.
Hasta Amnistía Internacional alertó de ese peligro en 2022 y, en lugar de agradecimiento, se ganó entrar en una suerte de lista negra, con el consiguiente boicot gubernamental en Ucrania.
Yuri Butusov, analista militar ucranio con cerca de medio millón de seguidores en Facebook, trazó un paralelo entre lo ocurrido ayer en Poltava y otros incidentes en que el ejército ruso pudo causar numerosas bajas en grandes concentraciones de soldados ucranios, expuestos sin observar ninguna medida de seguridad, y exigió consecuencias serias
para el responsable de que esto haya podido pasar.
En el mismo tenor se pronunció el experto ucranio Sergui Sternenko, quien publicó en la red social X que la tragedia de Poltava pudo haberse evitado si las reglas de seguridad no existieran sólo en el papel
.
Nombres y apellidos de los responsables de una eventual negligencia pidió, en la misma red social, el periodista Ilia Ponomarenko, quien afirmó: Zelensky prometió que investigará el trágico incidente, pero no es suficiente. No se vale hacer una declaración y que todo vuelva a ocurrir. Finalmente hace falta que Zelensky diga quién permite que los rusos lo hagan de nuevo
.
El mensaje más duro salió del teclado de la diputada Mariana Bezugla, habitual crítica de la cúpula militar ucrania: nada enseñó el caso de la Brigada 128 (ataque ruso en 2023 en la región de los Transcárpatos que mató a decenas de soldados ucranios a cientos de kilómetros del frente), no se castigó a nadie y, como siempre, Zaluzhny, Pavliuk y Syrskyi (altos mandos militares) dijeron que no volvería a suceder. Las tragedias se repiten una y otra vez. ¿Hasta cuándo?