Sociedad y Justicia
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Por ley, australianos podrán ignorar llamados de jefes en sus descansos

Ese país se suma a un grupo de al menos 24 naciones con normas similares

 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de agosto de 2024, p. 38

Sidney. ¿Su jefe le envía mensajes de texto durante el fin de semana? ¿El correo electrónico del trabajo no deja de sonar mucho después de que se ha ido a casa?

Los empleados australianos ya pueden ignorar esas y otras intrusiones en su vida privada gracias a una nueva ley de derecho a la desconexión diseñada para frenar la intromisión de los correos electrónicos y las llamadas del trabajo en la vida personal.

La nueva norma, que entró en vigor hoy, significa que los empleados, en la mayoría de los casos, no pueden ser sancionados por negarse a leer o responder a los contactos de sus jefes fuera del horario laboral.

Los partidarios dicen que la ley da a los trabajadores la confianza necesaria para oponerse a la constante invasión de su vida personal por los correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas del trabajo, una tendencia que se ha acelerado desde que la pandemia del covid-19 alteró la división entre el hogar y el trabajo.

Antes de que existiera la tecnología digital no había invasión, la gente se iba a casa al final de un turno y no había contacto hasta que volvían al día siguiente, afirma John Hopkins, profesor asociado de la Universidad Tecnológica de Swinburne.

Ahora, en todo el mundo es la norma tener correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas telefónicas fuera de ese horario, incluso cuando se está de vacaciones.

Los australianos laboraron un promedio de 281 horas extras no remuneradas en 2023, según una encuesta realizada el año pasado por el Instituto Australia, que estimó el valor monetario de ese trabajo en 130 mil millones de dólares australianos (alrededor de 1.7 billones de pesos mexicanos).

Los cambios añaden a Australia a un grupo de aproximadamente dos docenas de países, la mayoría en Europa y América Latina, que tienen leyes similares.

Para atender urgencias y trabajos con horarios irregulares, la norma sigue permitiendo a los empresarios ponerse en contacto con sus trabajadores, que sólo podrán negarse a responder cuando sea razonable hacerlo. Determinar si una negativa es razonable dependerá del árbitro laboral australiano, la Fair Work Commission, que debe tener en cuenta la función del empleado, sus circunstancias personales y cómo y por qué se produjo el contacto.

Australian Industry Group, un grupo empresarial de presión, afirma que la ambigüedad sobre cómo se aplica la norma creará confusión entre jefes y trabajadores. Los puestos de trabajo serán menos flexibles, lo que ralentizará la economía, añadió.

Las leyes surgieron literal y figuradamente de la nada, se introdujeron sin apenas consultar sus efectos prácticos y han dejado poco tiempo a los empresarios para prepararse, dijo.