La economía de América Latina
a CEPAL recién ha publicado su Estudio Económico 2024, cuya principal aportación –estadísticas aparte– es que la región se encuentra en una trampa de bajo crecimiento
y lenta creación de empleos. Bueno es que lo mencione, pues México y América Latina tienen que salir de esa trampa recobrando y potencializando su capacidad de crecimiento interno si quiere acceder al desarrollo.
El crecimiento anual promedio de América Latina en los últimos nueve años (2015-2023) fue de 0.83% (el de México 1.38%). El crecimiento económico en la región fue en 2023 de 2.2% y su PIB llegó a 6.617 billones de dólares, de los cuales 1.6% corresponde al Caribe anglófono (Gráfico 1).
Para 2024, la Cepal baja el crecimiento regional a 1.8% (México 1.9), y para 2025 calcula 2.3 para la región (1.4 para México). La trampa del crecimiento y nuestra extrema vulnerabilidad-dependencia externa siguen funcionando a plenitud.
La Cuenta Corriente (intercambio de bienes y servicios con el exterior) de América Latina (sin el Caribe) registró un déficit de -85 mil millones de dls (Gráfico 2), financiado con un ingreso neto de capital foráneo de 101 mil mdd, lo que continúa acentuando nuestra dependencia financiera.
La deuda externa bruta (pública y privada) de la región mantiene así una tendencia creciente: era de 1.938 billones de dólares en 2015 y en 2023 llegó a 2.528 b (Gráfico 3). La de México era de 538 mil mdd en 2015, subió a 620 mil en 2022, y de ahí bajó a los 594 mil m de 2023 (332 mil pública y 262 mil privada). Esta deuda (y las utilidades de la IED) son costosísimas y sólo las podemos abatir con una Cuenta Corriente superavitaria que minimice nuestra necesidad de capital foráneo.
Los salarios reales (sin inflación) son analizados en el estudio usando un índice base 2018=100. México es con mucho el país con mayor avance en la materia: al primer trimestre de este año el salario mínimo había llegado a 211 puntos (más del doble), y el salario medio a 122.5 puntos (22.5% más que en 2018) (Gráfico 4). El peor retroceso corresponde a Argentina.
La inflación regional fue en junio de 4.3% (excluyendo a Argentina 271%, Cuba 31, Haití 28, y Venezuela 51). De poco han servido las desorbitadas tasas de interés de referencia aplicadas por los bancos centrales, que a marzo de este año se mantenían arriba de 10%: Argentina 80.0, Colombia 12.3, México 11.0, y Brasil 10.8% (Gráfico 5). La autonomía
neoliberal de los bancos centrales significó en la práctica quitar a los estados nacionales el control de su sistema monetario-financiero y trasladarlo (en Am Lat) a la Reserva Federal de EU. Tener orden y control impecables sobre la moneda y el sistema financiero de un país es incuestionable; pero las políticas monetario-financieras de nuestros bancos centrales son aberrante
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