Sábado 24 de agosto de 2024, p. 24
Moscú. La toma de rehenes –ocho custodios y cuatro presos– este viernes por un grupo de cuatro reclusos, en posesión de armas blancas, en el centro penitenciario número 19, a escasos kilómetros de la ciudad de Surovikino, región de Volgogrado, dejó un saldo mortal de cuatro custodios y otros cuatro heridos, hospitalizados con distintos grados de gravedad, entre ellos el director del reclusorio, Andrei Deviatov, informó el Servicio Federal de Instituciones Penitenciarias de Rusia (FSIN, por sus siglas en ruso).
El FSIN agregó que también murieron los secuestradores, originarios de Asia central, dos de Uzbekistán y dos de Tayikistán, que habían subido a las redes sociales un video en el que se declararon seguidores del grupo radical Estado Islámico, proscrito en Rusia como organización terrorista
.
En ese video obligaron a un guardia de seguridad ensangrentado a pedir al presidente Vladimir Putin cumplir las exigencias de los atacantes para liberar a los otros integrantes del personal retenidos y los otros cautivos, así como proporcionarles, de acuerdo con fuentes policiales citadas por el servicio noticioso Baza, 2 millones de dólares y un helicóptero para escapar.
Por mera casualidad, el mandatario ruso conoció la noticia cuando estaba encabezando, por videoconferencia, la habitual reunión semanal con los miembros del Consejo de Seguridad de Rusia. Tras rodear las instalaciones de la prisión y ubicar francotiradores, unidades especiales de la Guardia Nacional tomaron por asalto el centro y neutralizaron
(eufemismo por mataron) a todos los secuestradores, indicó el comunicado de ese cuerpo policial.
En Telegram, que se ha convertido en el medio de comunicación más rápido en Rusia, los canales Baza, Shot y Ostorzhno, Novosti (Cuidado, noticias) difundieron las fichas policiales de los cuatro atacantes, tres condenados por vender narcóticos y uno, por homicidio involuntario durante una pelea. Se trata de Ramzindin Toshev (Uzbekistán), Nazirchon Toshov y Navruzi Rostamchon (ambos de Tayikistán), los tres condenados por narcotráfico, y Temur Jusinov (Uzbekistán), que purgaba una pena por homicidio por imprudencia.
Las autoridades todavía tienen que averiguar de qué manera se hicieron los presos con los cuchillos en un centro que se suponía de alta seguridad y no faltan las versiones extraoficiales que implican a algún miembro del servicio de custodios que, por dinero o por venganza a sus superiores, introdujo las armas blancas.
Segundo motín en 2 meses
El de este viernes es el segundo caso parecido este verano. El 16 de junio, seis islamitas radicales, originarios de Ingushetia, república rusa del Cáucaso del norte –tres ya condenados en diciembre de 2023 por intentar poner una bomba en la sede de una corte–, en espera de juicio bajo sospecha de militar en organización terrorista
tomaron, también con armas blancas, dos rehenes entre los custodios de la prisión preventiva número 1 de la ciudad de Rostov del Don.
Exigían armas de fuego, un vehículo y la posibilidad de salir del país. Terminó igual: durante el asalto de las unidades especiales murieron todos los perpetradores, menos uno, quien resultó gravemente herido.