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La obra Fin de partida refleja la tragedia de la condición humana al terminar un ciclo
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▲ Escena de la obra Fin de partida, de Samuel Beckett.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de agosto de 2024, p. 8

Cuatro personajes que habitan en un búnker, en un lugar posapocalíptico, reflexionan sobre la condición humana, pero en un contexto de muerte, dolor, poder, desolación, que plantea lo que sucede cuando termina un ciclo y del momento decisivo de saber quién gana o pierde.

Fin de partida de Samuel Beckett, con dirección de Agustín Meza y producción de Teatro El Ghetto, con temporada a partir del 6 de septiembre en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, tiene en su elenco a Luis Alberti, Adrián Ladrón, H. Alejandro Obregón y Rosario Sampablo, así como música en vivo compuesta e interpretada por Steven Brown, líder fundador de la icónica banda de pospunk Tuxedomoon.

Con este montaje, que recurre al teatro del absurdo, la compañía vuelve al origen luego que de se posicionó en el panorama escénico nacional hace 21 años, con la obra hermana –del mismo autor– Esperando a Godot, la cual marcó a varias generaciones y es referente en la historia del teatro.

El galardonado con el Premio Ariel y uno de los protagonistas, Adrián Ladrón, contó que con El Ghetto, también regresa a sus orígenes, pues con los montajes de esa compañía fue que sucumbió, en su juventud, al llamado hacia la actuación, cuyo enamoramiento llegó por ser un cinéfilo. Busqué ese camino y afortunadamente me he desarrollado en ambos ámbitos y me ha ido bien, afirmó.

Fin de partida, comentó el actor, gira alrededor de cuatro personajes que viven en medio de un escenario posapocalíptico: Hamm (Luis Alberti) es el padre de familia, ciego y en silla de ruedas; su hijo adoptivo Clov quien no sabe qué le sucedió, pero cojea y tiene problemas de habla, así como los abuelos Nell (Rosario Sampablo) y Nagg (Alex Obregón), una pareja de ancianos que sobreviven en dos botes de basura.

Y tal como plantea el título, el montaje aborda el final de un ciclo; sobre qué pasa cuando todo se termina y no se sabe qué pasa afuera, pero sí que todo se está finalizando, al igual que la relación entre los personajes y la vida de uno de ellos. En realidad, la obra es una despedida y entre lo terrible que se escucha este universo, lo que hace Beckett, es recurrir al sentido del humor y a la comedia para aligerar los dilemas existenciales.

Adrián Ladrón quien encarna a Clov, definió: es el hijo adoptivo de Hamm; es algo que se va descubriendo mientras transcurre la obra porque no tienen una relación de padre e hijo, sino más de tipo amo y esclavo. El hombre tiene vestigios del alguien que tuvo poder y todo el tiempo ordena al joven qué y cuándo hacer algo. Es un vínculo que se presenta como dominación y sumisión; conforme avanza la trama se devela que es un niño que adoptó, que tiene un pasado y no todo es terrible, pues se complementan y necesitan.

Reconoció: es increíble porque es un retrato de la condición humana, de las relaciones familiares, de la vejez, la enfermedad, de la soledad y la fragilidad; son muchos temas profundos que aborda el autor en esta obra, a través de personajes muy complejos.

La obra fársica de Samuel Beckett, con escenografía minimalista y de experiencia íntima, donde se observa a personajes caracterizados de manera exacerbada, se inspira en El rey Lear, de William Shakespeare, y en el libro bíblico de Job, para escenificar lo fúnebre, sin pompa ni palabrería, de la ceremonia trágica de la condición humana.

Sobre los formatos en los que ha consolidado su carrera, Ladrón afirmó: el teatro es mi casa. Siempre me recibe con los brazos abiertos y me siento como pez en el agua; mientras el cine es una aventura que constantemente me reta y quiero seguir ahí; incluso te maltrata, es cruel, abandona, pero te mantiene con el deseo de hacer más. Esa es mi relación con ambas y no podría decir si prefiero estar en uno o en otro.

Adrián Ladrón es titulado de la Escuela Nacional de Arte Teatral del Inbal y ha trabajado en más de 40 puestas en escena con directores como Martín Acosta, Mauricio García Lozano, Agustín Meza y David Gaitán, entre otros. En su trayectoria en cine destacan las películas Crónicas chilangas, donde obtuvo una nominación en 2011 a la Diosa de Plata por revelación masculina, y, por La cuarta compañía ganó el Ariel a mejor actor, en 2017, entre otros reconocimientos.

Cabe mencionar que la Compañía de Teatro El Ghetto, con 29 años de trayectoria, fue fundada por Agustín Meza; tiene más de 25 puestas en escena y más de 800 funciones ofrecidas. Ha participado en más de 25 encuentros nacionales e internacionales y se ha presentado en Alemania, Argentina, Bélgica, Chile, Corea del Sur, Cuba, España, Francia, Holanda, Rumania y Uruguay.

Fin de partida, con temporada del 6 de septiembre al 20 de octubre, tendrá funciones los viernes a las 20 horas, sábados y domingos a las 18 horas en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, ubicado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn.