El anuncio de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en el sentido de que ha llegado el momento de una reducción de las tasas de interés tiene también implicaciones para la economía mexicana.

El recorte reduce el costo al que empresas y familias se financian, ya sea para emprender proyectos productivos, en el caso de las primeras; o adquirir bienes y servicios, en las segundas.

Abaratar el costo del crédito impulsa la actividad económica, por vía de la inversión y el consumo, lo que en el caso de Estados Unidos tiene el potencial de elevar la demanda de bienes manufacturados en México.

Los bancos centrales de todo el mundo recurrieron a elevar las tasas de interés para contener el incremento de precios a escala internacional, después de la pandemia de covid-19, que fue declarada en 2020, y que generó interrupciones en las cadenas globales de suministro de mercancías.

La invasión de Rusia a Ucrania, en febrero de 2022, también tuvo un efecto de alza global de precios, dada la relevancia de ambos países como productores de granos y, en el caso del primero, de energéticos.

El banco central estadunidense considera que la inflación está en camino de acercarse a su meta, que es de 2 por ciento anual, por lo que anticipa el inicio de la relajación de la política monetaria, que se expresa en una baja de la tasa de interés.

Para México, la decisión de la Fed guarda relación con el crecimiento económico –por una mayor demanda de bienes manufacturados aquí– y por el hecho de que, a lo largo de los últimos cuatro años, el Banco de México ha movido sus tasas de interés casi siempre en el mismo sentido que lo hace la Reserva Federal de Estados Unidos.