Opinión
Ver día anteriorViernes 23 de agosto de 2024Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

De presuntos santos

E

stá bien documentado que el papa Pío XII miró hacia otro lado cuando el nazismo asesinaba y/o explotaba a millones de judíos, católicos, homosexuales y ciudadanos de los países que ocupaba. También, que algunos conventos dieron refugio a nazis que luego migraron a España y Sudamérica.

También aparecen más testimonios que muestran cómo él y otras personalidades del Vaticano conocieron oportunamente los abusos que cometía Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Y los ocultaron.

Recientemente, el influyente diario italiano Corriere della Sera publicó parte de los documentos desclasificados sobre el papado de Pío XII. En ellos se demuestra cómo los protectores de Maciel en el Vaticano modificaron y minimizaron en 1956 las acusaciones que desde 1944 había contra el cura mexicano.

A partir de 1956, la protección de Maciel se mantuvo por una red de influencias y un alfabeto secreto empleado para ocultar las denuncias que incluían abusos a menores, vínculos con mujeres, hijos ilegítimos y uso de drogas. Terminó en 2006, cuando la presión pública y las denuncias acumuladas obligaron al papa Benedicto XVI, que lo había protegido, a separarlo del sacerdocio.

Por mirar hacia otro lado para no ver los crímenes del nazismo, fracasan todos los intentos por declarar santo a Pío XII. Inexplicablemente, sí lo es Juan Pablo II, el mayor protector de Maciel, gracias a la decisión de quien lo sucedió como jefe máximo de la Iglesia católica: Benedicto XVI, que bien conoció (pero ocultó) los delitos cometidos por aquel al que alguna vez sus seguidores calificaron de santo.

Hay otros presuntos santos. Por ejemplo, hace dos décadas, los integrantes más retrógrada de la Iglesia española, encabezados por el arzobispo Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal de ese país, buscan elevar a los altares a otra controvertida figura: Isabel I de Castilla (1451-1504).

En un foro reciente celebrado en Madrid con la crema y nata de los ideólogos de la ultraderecha mundial, Argüello abogó nuevamente por beatificarla. Vano intento, porque no se olvida que la monarca expulsó a los judíos y promovió la Inquisición.