Recibir en préstamo a largo plazo El autorretrato con pelo suelto (1947), de Frida Kahlo, óleo sin exhibir en muchos años, y saber que había otras obras accesibles, desencadenó la curaduría de una exposición en torno a la pintora mexicana.

Frida: Más allá del mito muestra de 60 piezas, 28 de los cuales –16 pinturas,10 dibujos y dos gráficas-- son de Kahlo, que se inauguró el 17 de agosto pasado en el Museo de Arte de Dallas (DMA, por sus siglas en inglés), empezó como un homenaje a la esposa de Diego Rivera, señala Agustín Arteaga, director del recinto y curador de la exhibición con Sue Canterbury. Sin embargo, también representó la oportunidad de expandir el conocimiento del arte latinoamericano, así como presentar a artistas mujeres, algo que ha caracterizado mi gestión.

La presente exhibición da visibilidad y profundidad al conocimiento de una artista apreciada, incluso venerada, aunque de alguna manera lo que se conoce es su mito. Queríamos que el público tuviera la oportunidad de acercarse al ser humano, cómo se autorrepresenta y cómo podemos contar su biografía por medio de sus obras y las fotografías que sus contemporáneos le tomaron.

Kahlo es una pintora muy bien documentada y, a la vez, enigmática. No obstante, el personaje que ella misma creó la ha devorado, asegura el historiador del arte. “De ella recordamos a esta mujer bella, seductora, llena de antítesis. Puede ser enormemente segura o terriblemente vulnerable al mismo tiempo. Puede explotar este lado sin artificios de su imagen como lo hace en Autorretrato con pelo suelto, sin tratar de embellecerse como en otras pinturas de este tipo. Esta mujer totalmente independiente nunca pudo superar o separarse de Rivera ni dejar de depender de él”.

Organizar una exposición de Kahlo no es tarea fácil, ya que se ha hecho muchas veces. La contribución del DMA es tratar de humanizar a la artista y verla por medio de obras que son significativas, donde cada una de ellas narra un momento de su biografía. Es decir, que podamos contar su historia a través de cómo ella empieza a construirse como artista y persona pública.

Dividida en varios segmentos, el primero se refiere a Kahlo antes de conocer a Rivera, sus años de juventud en Coyoacán, la vida dentro del seno familiar, cómo empieza a construir su personaje. Incluye su primer autorretrato, el que pintó para su entonces novio Alejandro Gómez Arias, también un dibujo suyo que testimonia el trágico accidente en tranvía que la dejó herida de por vida. Es la primera vez que se representa a sí misma tirada en una camilla.

Un segundo segmento parte del momento en que conoce a Rivera. Aparecen fotografías del día de su boda, los primeros dibujos que revelan una imagen más mexicana y su traslado a Estados Unidos. Las únicas obras incluidas que no son de Kahlo son dos litografías de Rivera, por ejemplo, Frida sentada en la cama posando con los brazos detrás de la cabeza. Aquí vemos a una Frida íntima, no la imagen que se construye, sino dejando ser visto por otros, en este caso, su marido, anota Arteaga. Todas las fotografías presentadas –de Nickolas Muray, Henri Cartier-Bresson y Lola Álvarez Bravo, entre otros– son impresiones originales de época.

En otro momento se aborda la vida de Kahlo en Estados Unidos, su aborto mientras Rivera pintaba los murales de Detroit, así como una serie de dibujos que son de alguna manera premonitorios de otros trabajos y cómo ve su propia existencia. Se trata de una secuencia muy lineal, apunta el curador.

–¿Qué tan necesario es conocer la vida de un artista para apreciar su obra?

–En el caso de Frida es necesario, pues su obra es profundamente autobiográfica. Hay esta intención en las pinturas. Siempre hay una historia que se puede considerar secreta.

Para Arteaga, realizar una exhibición de Kahlo permite crear un espacio de inclusión: “Frida rompe barreras, geografías, razas y cultos. El DMA pretende hacer visibles a muchas de las artistas que han sido invisibles, relegadas en los márgenes de la historia, Frida es quizá el mejor ejemplo de inclusión. Es una artista que apela de muchas maneras a cualquier persona: su resiliencia, su manera de sobreponerse a la tragedia personal, su fuerza, cómo mantiene su individualidad al compartir el escenario con uno de los hombres más poderosos en el mundo del arte del momento: Rivera.

La belleza de Frida Kahlo y su actitud seductora crean esta imagen que está construida para no pasar desapercibida. Es difícil escaparse de este magnetismo; sin embargo, lo más relevante es que encontramos dentro de su vida muchas razones para admirarla profundamente.

Frida: Más allá del mito se exhibirá hasta el 17 de noviembre en el Museo de Arte de Dallas, en Texas.