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Ver día anteriorDomingo 18 de agosto de 2024Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La economía de Estados Unidos: la primera
A

firman múltiples analistas que la noticia del nuevo nivel de desempleo en Estados Unidos, dada a conocer el pasado 2 de agosto, desencadenó un temor realmente infundado sobre las condiciones de la dinámica económica estadunidense.

Sí, se trata de un nivel de la tasa de desempleo mensual medida en la famosa Encuesta de Hogares, la cual considera el número de desempleados respecto a la fuerza laboral total. Ésta incluye las personas de 16 años o más, que viven en alguno de los 50 estados o en el Distrito de Columbia. No así a quienes evidentemente, no pueden emplearse ni siquiera buscarlo, en virtud de que se encuentran, por ejemplo, en centros penitenciarios, en centros siquiátricos o en hogares paraancianos.

Tampoco se incluye a quienes están en servicio activo en las Fuerzas Armadas. Así comprendida, el total de la fuerza laboral en julio fue del orden de 169 millones de personas. La población total ese mes se estimó en cerca de 337 millones. Los desempleados en el mes de julio fueron poco más de 7 millones. Corresponden a 4.3 por ciento del total, un porcentaje que ha estado en ascenso –leve, pero continuo– desde junio del 2022.

Por ello –aunque no exclusivamente– se despertó la inquietud generalizada y dentro de ella una significativa volatilidad de los llamados mercados, que afectó de manera significativa a nuestra moneda.

Sí, el miércoles 7 de agosto nuestra moneda alcanzó 19.39 pesos por dólar. Contrasta, sin duda, con el nivel más bajo del año –16.34 pesos el 10 de abril– aunque el pasado viernes ya cerró en 18.62, nivel que determina el tipo de cambio para las liquidaciones oficiales del próximo martes.

No omito señalar que las bolsas se estrujaron, aunque ya los siguientes días a ese miércoles se desestrujaron un poco. En realidad –comento a mis estudiantes– es preciso ubicar estos fenómenos coyunturales, en los grandes movimientos de la vida material. Sí, los de larga duración, como nos enseñaron muchos profesores que prestan atención a las recomendaciones que hizo Fernando Braudel en la Escuela Nacional de Economía de la calle de Cuba, el 15 de octubre de 1953, nuestra actual Facultad que, por cierto, este año celebra su 95 aniversario.

Seguimos –sin duda– el ejemplo de la Facultad de Filosofía, que también este año cumple, pero 100 notables años. Una facultad nutrida de grandes personas provenientes del exilio español, como en Economía nos nutrimos luego de los lamentables golpes militares en Argentina, Brasil y Chile.

Son fechas y aniversarios que nos exigen no sólo una celebración gustosa y agradecida, sino una revisión autocrítica a fondo de nuestra misión universitaria, de docencia, investigación, difusión y solidaridad social, misión que nuca debe ignorar los graves problemas de desigualdad, de explotación y de injusticia. En este contexto me esforzaré por presentar a la brevedad algunos indicadores de esos movimientos de larga duración y de discontinuidad que caracterizan la vida material de Estados Unidos y la nuestra, en consecuencia.

Entre ellos, expondré inicialmente algunos muy relevantes: producción industrial, capacidad instalada, capacidad utilizada, empleo y productividad, beneficios de corporaciones no financiera y financieras –antes y después de impuestos– y rentabilidad general de la economía. Así como algunas relaciones muy importantes, por ejemplo la relación de los beneficios corporativos no financieros y financieros con la capacidad industrial instalada.

Termino diciendo que el indicador estadunidense de la producción industrial incluye industrias manufactureras, mineras y de servicios públicos de electricidad y gas. Muy muy interesantes. Lo veremos. De veras.