Una historia familiar de redención
Miércoles 14 de agosto de 2024, p. a10
En la palabra Sinaloa hay un eco que remite de Marco Verde al narcotráfico, ese estigma con el que cargan los sinaloenses en el mapa de la opinión pública. Cada vez que el boxeador mexicano responde sobre su lugar de origen, el nombre que se apodera de la mente de sus rivales es el de Joaquín Guzmán Loera, líder de la principal organización criminal en el estado. “Me pasa no sólo en México, sino también fuera, en otros países. Cuando escuchan Sinaloa, lo único que me dicen es El Chapo, así conocen al estado”, menciona con la meda-lla de plata de los Juegos Olímpicos en sus manos, la primera de ese color en los últimos 40 años.
Esto es para que la gente vea que no todo es violencia. Ni yo ni mi entrenador (Radamés Hernández) sabíamos que había pasado tanto tiempo desde la última que un mexicano lo consiguió en boxeo y fue mejor, porque no queríamos cargar con ninguna presión
. El Green, como le apodan en el barrio de La Montuosa, en Mazatlán, no desconoce el alcance que ha tenido el crimen organizado en el norte del país, pero al igual que otros grandes deportistas sinaloenses, como el legendario Julio César Chávez (nacido en Sonora, pero criado en Culiacán), cree que puede modificar esa imagen a través del boxeo.
Esto ha generado un impacto en todo el país. Lo que sigue ahora es descansar, recuperarme de una pequeña lesión en la mano (derecha) que tengo desde hace tiempo y después volver a entrenar. Desde que empecé en el boxeo, a los 10 años, mi papá me mostró un video de cuando peleó en los Juegos de Barcelona. Esa siempre fue mi ilusión. Conforme pasaron los años, sabía que lo podía lograr, que cada vez estaba más cerca de una medalla olímpica. En el boxeo todo el tiempo tienes que estar pensando en cuál es la pelea que sigue. No sé qué viene en el futuro, por ahora quiero seguir estudiando
, agrega.
En la final contra el uzbeco Asadkhuja Muydinkhujaev, Verde también redimió una historia familiar. Su padre Manuel sólo subió una vez al cuadrilátero olímpi-co en Barcelona 1992, donde quedó eliminado en primera ronda. Rodeado de cientos de mexicanos en Roland Garros, el zurdo de 23 años hizo su pelea. Se mantuvo a la larga distancia, sin golpes contundentes y en reversa constante, porque sabía que su rival sería tan complicado como la pronunciación de su apellido; no pudo remontar la puntuación de los jueces.
Hasta entonces, el último boxeador nacional que había conseguido una medalla de plata en los Juegos era Héctor López, subcampeón en Los Ángeles 1984. Después, sólo tres bronces se lograron en Seúl 1988, Sídney 2000 y Río 2016. Lo que tienen muchos países europeos y asiáti-cos es que se foguean cada mes y ésa es la parte que nos hace falta para destacar más en amateur
, explica con la nariz aún desviada y un corte en la ceja izquierda en proceso de cicatrización. “Yo estaba un poco frustrado por la lesión. No era algo nuevo, pero decía: ‘si me tengo que quebrar la mano, lo voy a hacer aquí’. Los doctores hicieron un gran trabajo”.
A seguir estudiando
Entrenado desde los 10 años por Hernández, Verde sostiene por un momento su medalla como si fuera una pelota de beisbol, ese deporte que lo hizo soñar con las Grandes Ligas. Su mayor cualidad en los campitos del puerto de Mazatlán era ser zurdo. Después de entrar por primera vez a un gimnasio, todo empezó en su carrera, incluida su historia académica en la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde actualmente estudia la licenciatura en nutrición. Si de algo estoy seguro, es de que quiero seguir estudiando
, afirma; a veces pasan por mi mente los títulos mundia-les, pero primero quiero descansar. Una medalla olímpica no se va a comparar nunca con un logro profesional, pero el sentimiento está ahí
.
Desde los Juegos de 1904, celebrados en San Luis (Estados Unidos), el boxeo siempre ha estado en el programa olímpico. Para la edición de Los Ángeles 2028, el comité internacional sigue sin definir su inclusión como disciplina, después de que el año pasado despojara a la Asociación Internacional de Boxeo de su reconocimiento por no hacer reformas en materia de gobernanza y finanzas.
No podemos esperar más que a finales del próximo año
, dijo el presidente del COI, Thomas Bach.
Ante esta posibilidad, el peleador sinaloense tiene la sospecha de que habrá un impacto en la preparación de nuevas generaciones.
“Si quitan o no el boxeo, desde ahí dependerá lo que decida (para su carrera). Duele, porque en París los estadios estuvieron llenos y la gente no apoyó sólo a un boxeador, sino a todos los que subimos en el ring.”