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Desde el otro lado

La difícil tarea de Harris-Walz

E

l pasado mes de abril en un foro organizado por la cadena SPAN, Joseph Stiglitz, Nobel de economía, comentó pasajes de su libro The Road to Freedom. Algunas de sus observaciones son pertinentes en esta coyuntura electoral en la que entre los temas más sobresalientes estará el proceso inflacionario que, según argumentan los republicanos y uno que otro economista seudoliberal, fue Joe Biden quien lo propició. El tema es más complicado desde el momento en que Kamala Harris escogió como compañero de fórmula al gobernador de Minnesota, Tim Walz, al que Donald Trump y los republicanos etiquetaron como izquierdista similar a Bernie Sanders. Harris tendrá que convencer que la política económica de Biden no fue la responsable directa del proceso inflacionario que ocurrió a consecuencia de la pandemia. En todo caso, sus medidas propiciaron que la economía estadunidense saliera del profundo barranco, y salvara a muchas familias de la quiebra. La dupla Harris-Walz ya ha sido definida por los sectores más conservadores como un peligro para los Estados Unidos por sus ideas socializantes y reguladoras. Será el espantajo que Trump y los republicanos usaran durante la campaña, a sabiendas que en buena parte de la sociedad la palabra socialismo es una especie de dictadura y traición a la democracia.

En la entrevista, Stiglitz y el comentarista Tim Noah compartieron una anécdota sobre la queja de una persona por la intervención del gobierno en la economía. Exigió que dejara de intervenir en su plan de salud y también se abstuviera de intervenir en su seguro social. A ese tipo de ignorancia supina se enfrentarán los candidatos demócratas. Será una empresa difícil, pero tal vez logren que los electores entiendan que el crecimiento económico y buena parte de los servicios que proporciona el gobierno no serían posibles sin su intervención directa. No se necesita ser economista, como lo sugirieron Stiglitz y Noha, para entender que una sociedad sin regulaciones y sin la intervención del sector público no puede existir. Dijeron que los neoconservadores tergiversaron la metáfora de Adam Smith en torno a la mano invisible que regula la economía. En el fondo, lo que significa es el peligro de dar rienda suelta a la infinita capacidad de los individuos para especular en su favor, a costa de los demás, como ha quedado plenamente demostrado. Un poco en broma dijeron que quienes se quejan contra la regulación tampoco entienden que los 10 Mandamientos también están basados en un códice regulatorio.