La lista con 183 nombres de personas que habrían sido lanzadas al mar en los llamados vuelos de la muerte durante la guerra sucia, que un presunto ex militar envió en 2004 a Rosario Ibarra de Piedra, fundadora del Comité ¡Eureka!, debe ser sometida a una investigación bien hecha y científica, dado su impacto y que las familias no podemos aceptar que nos digan que están muertos sin que lo demuestre el Estado, instaron integrantes del citado colectivo.

El jueves pasado, una parte de los investigadores del Mecanismo de Esclarecimiento Histórico de la Comisión para la Verdad, encabezados por Eugenia Allier, informó que en marzo ubicó la lista sobre dichos vuelos que despegaban desde la base militar de Pie de la Cuesta, en Guerrero, en el Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Claudia Piedra Ibarra, hija menor de la ex luchadora social, aseguró en entrevista que el documento que en estos días salió a la luz, efectivamente es parte de los archivos de su madre, pero debe ser contextualizado, pues está fechado en mayo de 2004, tiempo en el que se llevó a cabo el juicio contra Miguel Nazar Haro, ex titular de la extinta Dirección Federal de Seguridad, por desaparición forzada, incluida la de su hijo, Jesús Piedra Ibarra, en 1975.

Si en algún momento le llegó esa carta y no la presentó así, fue porque hubiera sido muy irresponsable sacarla de esa forma, consideró.

Además, reflexionó: ¿cómo se le va a dar a conocer al gobierno que (en ese momento) está exonerando a Nazar Haro, que está encubriendo a los responsables, acusados de tortura, asesinato y todas esta desaparición?, y ¿cómo le va a entregar algo cuando nosotros siempre buscamos a los desaparecidos con la presunción de vida?

Explicó también que el archivo histórico del Comité ¡Eureka!, primer colectivo de familias de desaparecidos, fue elaborado poco a poco por su madre con lo que iba recopilando de la investigación para localizar a su hijo y otras personas desaparecidas. Destacó que en los crímenes que se cometieron en el periodo de la guerra sucia (1965 a 1990), los vuelos de la muerte que despegaban desde la base militar de Pie de la Cuesta son sólo una parte de toda la investigación que se requiere hacer sobre las desapariciones perpetradas en esa etapa de la historia.

Jorge Gálvez Girón, también miembro del ¡Eureka!, destacó que el archivo completo del colectivo está en el Museo Casa de la Memoria Indómita –del cual es responsable–, donde hay infinidad de documentos que requieren una investigación, pero no lo vamos a andar divulgando por respeto a los familiares de los desaparecidos.

Recordó que incluso el acervo sufrió persecución, se tuvo que esconder durante dos ocasiones, y cada vez que se escondía había que reorganizar otra vez ese archivo.

En la conversación con este diario, Laura Gaytán, sobreviviente de desaparición forzada en los años 70, quien busca a su hermano Javier Gaytán Zaldívar desde 1974, pidió poner el acento en las familias de las personas que aparecen en la lista de quienes presuntamente fueron lanzados al mar.

Por ello, llamó a que el Estado mexicano realice una investigación exhaustiva, a fin de determinar “cuál fue su destino, dónde están y quiénes son –en orden de cadena de mando– los responsables de esos gravísimos crímenes contra la humanidad”. Las familias, enfatizó, no podemos conceder la idea de que están muertos hasta que no nos lo demuestren.

Asimismo, pidió que el Estado se haga cargo de las afectaciones emocionales, sicológicas y físicas con carácter de urgente de las familias que están viviendo esa situación tan terriblemente dolorosa.

Los integrantes del colectivo reprocharon también que a unos días de que el Mecanismo de Esclarecimiento Histórico presente su informe, no cumpla con el decreto y dé a conocer los avances a los familiares y colectivos. También pidieron que la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, los reciba a fin de que dé continuidad a las investigaciones.