Bogotá. El presidente Gustavo Petro iba a ser víctima de un poderoso atentado el pasado 20 de julio, informó ayer el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien expuso a los medios que desde la ruptura de los diálogos con las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hay una estrategia constante que busca la protección de la integridad del presidente.

Agregó que no daría detalles puntuales sobre los ataques, confirmando que han surgido informaciones de diversa naturaleza respecto de posibles estallidos de gran alcance.

Los escasos datos sobre el intento de magnicidio ha ido derivando hacia escenas que rayan en lo melodramático, luego de que la policía informara la tarde de ayer que el empresario de esmeraldas Juan Sebastián Aguilar había sido asesinado por un francotirador en el norte de la ciudad, donde se encontraba en compañía de la ex senadora Sandra Ortiz, eficaz operadora política llevada a la Casa de Nariño por Petro desde el comienzo de su mandato y brilló en la ejecución de las iniciativas gubernamentales.

Sin embargo, cuando se desató el más fuerte escándalo de esta administración, la funcionaria quedó atrapada en una telaraña de versiones que la llevaron a ofrecer su renuncia.

Respecto a la muerte de Aguilar, Ortiz indicó que era amigo de todos, con apoyo de otros empresarios de las esmeraldas y en la mañana había volado a Bogotá en el helicóptero del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya.

Si bien durante el primer semestre del año bajó el volumen del dúo esmeraldas-violencia, los empresarios anunciaron que no permanecerán de brazos cruzado, pues ésta es una de las actividades productivas que más empleo aportan a la economía nacional.

El 20 de julio, fecha en que se celebra la independencia nacional, Petro llegó tres horas tarde a los actos conmemorativos, alegando problemas de agenda y de tránsito urbano, lo cual fue recordado hoy por Velázquez

La escena de este nuevo escándalo cuenta con los papeles estelares de la ex directora de la Unidad Regional de Presidencia, el francotirador que mató de un certero tiro a un enemigo, un gobernador y al menos siete congresistas, suficientes –opinan analistas– para que se abra un nuevo frente de guerra entre Petro y los ilegales.