aunque está lejos, dicen migrantes
Vecinos de Iztapalapa no ven inconveniente en que opere ahí // Suben ventas de comerciantes
Miércoles 7 de agosto de 2024, p. 13
Para migrantes solicitantes de asilo, la reapertura de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en la Ciudad de México es un alivio
ante la incertidumbre en que permanecieron durante los dos meses que suspendió sus actividades, pero la ubicación de las nuevas oficinas en Granjas San Antonio, Iztapalapa, les ha complicado trasladarse a la zona, particularmente porque muchos de ellos no conocen la urbe.
Aunque algunos vecinos manifestaron a La Jornada que no los consultaron sobre la llegada de la Comar a la comunidad, expresaron que al momento no ven inconveniente de que opere en el edificio número 167 de la Calle 10, donde antes estaban las oficinas de la subdelegación de prestaciones del Issste.
En un recorrido por la zona, se observó que en el inmueble el personal sigue en proceso de instalación, mientras poco a poco empiezan a acudir los usuarios de los servicios de la comisión.
Juan Díaz, originario de Cuba, es uno de los que llegó ayer a dar continuidad al proceso de solicitud de refugio que empezó desde febrero pasado. Expresó que el lunes se enteró por redes sociales de la reapertura de las oficinas y que no dudó en presentarse, pues tiene pendiente la entrevista de elegibilidad.
Acompañado por amigos, indicó que le tomó hora y media llegar, ya que es un poco complicado; tal vez porque es la primera vez que venimos a este lugar y no conocemos todavía
. Señaló que durante el tiempo que estuvo cerrada la Comar vivieron en incertidumbre, porque se pensaba que ya no iba a abrir
.
Otro de los que acudió ayer es José Marchan, venezolano, quien tramitó una constancia de refugiado. Explicó que tenía pendiente este proceso para poder solicitar la nacionalidad mexicana.
Sobre la ubicación de las oficinas de la Comar, consideró que están muy lejos, y eso es complicado, porque para estos trámites, si no traes un papel debes regresar a casa
.
En contraste, Omarly Ortiz, también de Venezuela, quien llegó a tramitar un documento de identidad y de viaje para su hijo, destacó que si bien el lugar no es céntrico, se tiene la ventaja de que está a ocho minutos del Metro Escuadrón 201.
Por su parte, vecinos de la Calle 10 y avenida Año de Juárez, donde se ubican locales de comida, pequeñas tiendas de abarrotes, empresas y diversos comercios, comentaron que se enteraron de la llegada de la Comar porque desde hace ocho días un grupo de trabajadores llevó a cabo labores de mantenimiento.
La encargada de una tienda y un empleado de una óptica cercanas, quienes prefirieron omitir sus nombres, mencionaron que al momento no ha habido queja entre los habitantes de la zona, por el contrario, a algunos les ha servido porque han aumentado sus ventas.
En tanto, los directivos del albergue para migrantes Casa Tochan, Gabriela Hernández, y de Casa Refugiados, Gerardo Talavera, reconocieron que finalmente la Comar reabriera sus oficinas, pero indicaron que no se les notificó, sino que se enteraron por Internet.
Asimismo, detacaron que no se puede olvidar que la suspensión de actividades impactó a los solicitantes de refugio, al dejarlos por dos meses en el limbo, tras el fallido cambio de domicilio de la colonia Juárez a la Verónica Anzures.