La escritora y periodista Rosario Castellanos estaba mirando siempre hacia el porvenir. Es importante que nosotros, que somos el futuro de esa autora que estaba escribiendo en 1970, tomemos el fuego que nos legó con su obra, dijo la poeta e investigadora Sara Uribe, quien participará en una conmemoración por los 50 años del fallecimiento de la literata chiapaneca que se cumplen hoy.

En entrevista con La Jornada, la coordinadora de la Cátedra Extraordinaria Rosario Castellanos de Literatura y Géneros puntualizó que la narradora nos dejó una tarea por desarrollar: cuestionar al mundo y las opresiones que hubo entonces y que hay en el presente y, sobre todo, la importantísima responsabilidad de preguntarnos quiénes somos.

Uribe (Santiago de Querétaro, 1978) sostuvo que cualquiera es un buen momento para hacer resonar todavía más fuerte la obra de Rosario Castellanos, para echar una mirada nueva con ojos del siglo XXI a su creación que aborda problemáticas y vetas de pensamiento muy actuales.

Son conocidos los abordajes que hizo de las opresiones sobre los pueblos originarios y aquéllas contra las mujeres, pero lo más valioso es descubrir todas esas otras Rosarios que nos faltan por descubrir en su obra.

Refirió que en su participación de hoy en la jornada académica y cultural Rosario Castellanos: Un resplandor único, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, explorará “todos sus géneros literarios bajo la metáfora del fuego, que aparece una y otra vez en la literatura de Castellanos.

“Narrar nuestras historias a través de contar nuestra afectividad, después de los años 90, adquiere un valor porque supone que estamos teniendo la capacidad de construir nuestra subjetividad y, además, como mujeres; ella ya lo estaba haciendo en su teatro, en la escritura de sus artículos y columnas y, primordialmente, en sus cartas.

Castellanos, en la segunda mitad del siglo XX, ya estaba haciendo con su ejercicio epistolar lo que muchas escritoras realizan ahora a través del ensayo personal: hacer de la propia vida, del relato de la experiencia cotidiana, de sus afectividades y experiencias propias una forma de construir las historias de las mujeres, que permitan a otras reflejarse.

▲ Portada del libro Sobre cultura femenina, de Rosario Castellanos, editado por el Fondo de Cultura Económica.

▲ Retrato de la escritora que falleció hoy hace 50 años.

Destacó que Castellanos era una precursora por su mirada hacia la naturaleza, que se puede observar en Balún Canán y Oficio de tinieblas. “Nos ofrece una visión transversal porque nos muestra en la materialidad de los objetos cotidianos cómo vienen de la naturaleza (…) La mirada que ella tiene nos lleva hasta la tierra, el origen y las raíces. Podría ser una veta a explorar sobre cómo Rosario ya estaba posando su mirada de una manera más equitativa y horizontal hacia todo aquello que no era necesariamente lo humano”.

Rosario Castellanos: Un resplandor único incluye las presentaciones de Mujer de palabras: Artículos rescatados de Rosario Castellanos (FCE), con textos reunidos y prologados por Andrea Reyes, así como de la redición de Cartas a Ricardo y una lectura poética. El programa detallado se puede consultar en https://cieg.unam.mx/img/carrusel/JornadaRosarioCastellanos.pdf.

La jornada reúne a la Facultad de Filosofía y Letras, el Centro de Investigaciones y Estudios de Género, la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura y la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, todos de la UNAM.

Sara Uribe destacó la mirada abarcativa y sistémica de Castellanos, quien estudió filosofía y tenía la capacidad de comprender el mundo de una manera global; desde entonces, indagaba por qué el trabajo doméstico no tenía un pago. “Su pensamiento es tan vigente porque justo ahora estamos hablando del pago justo que deben tener las trabajadoras del hogar.

Hay muchas joyas de pensamiento como éstas que muestran que estaba mirando hacia el futuro y pensando estas problemáticas de manera transversal. Este pensamiento, más relacionado con el siglo XXI, se encuentra en los tomos que compiló Andrea Reyes.