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Investigaciones en la materia, impulso democrático

Violencia y migración imponen contextos críticos a etnógrafos

Las comunidades han generado resistencias frente a sus entornos de crisis // Hoy es vital el cuidado personal y el sentido común

 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de agosto de 2024, p. 7

En México, la investigación etnográfica enfrenta contextos críticos, generados no sólo por la violencia, sino también por el desplazamiento forzado, la migración, e incluso, los daños ambientales, alertan profesores-investigadores de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM), Autónoma del Estado de México (UAEM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Tras la pandemia, las comunidades han cambiado. Ya no es llegar con el anciano de la comunidad para hacer etnografía de la danza, la música y el chamanismo. Ahora tienes que negociar factores de violencia, de género e incluso de religión, afirman.

En entrevista con La Jornada, Marina Alonso Bolaño, de la Fonoteca del INAH; Reyes Álvarez Fabela, de la UAEM, y Juan José Atilano Flores , del Centro de Estudios Antropológicos de la UNAM, explicaron que la labor etnográfica siempre implica riesgos, incertidumbre, pero ahora somos testigos de las múltiples formas de resistencia que han generado las comunidades frente a estos contextos críticos que les han tocado vivir.

México, coincidieron, no sólo es una realidad de violencia, es mucho más. Tenemos un país increíblemente rico, diverso, complejo, y que mucho deviene de su propia historia.

Los riesgos y el interés por el conocimiento

En nuestra labor hay riesgos, pero se pueden resolver, porque hay ese interés por el conocimiento y porque las personas también necesitan hablar de sí mismas, que se difunda su cultura, que se conozca. Les motiva que interese a los demás, señalan.

Coautores de la obra Música, alteridad y riesgo: Etnografía en contextos críticos, publicado por Sb Editorial, en su colección Paradigma Indicial, la cual narran lo que ocurre tras bambalinas en el trabajo antropológico y etnográfico, Alonso Bolaño destaca que se incluyen anécdotas que poco se comparten entre investigadores y que no quisimos que quedaran en el anecdotario. Queríamos dar a conocer lo que realmente implica el trabajo de campo.

Dirigido al público en general, pero en particular a los jóvenes que se forman como futuros antropólogos y etnógrafos, buscamos dar a conocer la cotidianeidad de los profesionales para construir los datos de estas disciplinas, que no se recoge como si fuera una pista, se construye a partir de las relaciones sociales con la comunidades con las que trabajamos, señala Atilano Flores.

Trabajos entre incertidumbre y peligros

Reconoció que su labor los lleva a enfrentar incertidumbres y riesgos, pero la propia experiencia etnográfica, es decir, el conocimiento de las comunidades, nos va indicando cómo gestionar ese riesgo.

Reyes Álvarez Fabela señala que uno de los aportes centrales de la obra es la reflexión sobre los contextos críticos que enfrentan tanto las comunidades como la labor etnográfica.

Luego de la pandemia, apunta, han cambiado muchas cosas. Inicié mi carrera visitando la región de la Huasteca y todo era tranquilo. Ahora se controla la entrada a todas las cañadas en la zona de Huejutla-Atlapexco. De ser una región donde se podía realizar una labor etnográfica tranquila, ahora las entradas y salidas son negociadas, y lo mismo ocurre en Ocuilan, estado de México, y Huitzilac, Morelos, donde hay un recrudecimiento de la violencia.

La labor del antropólogo y del etnógrafo, señaló Alonso Bolaños, es investigar y reflexionar sobre estas realidades que enfrentan las sociedades, y que sólo podemos conocer con la labor de campo.

Por eso es tan importante, subrayan los profesionales, que nuestros alumnos conozcan muy bien el contexto sociopolítico que viven, pero también aplicando el cuidado personal y el sentido común para poder dar un giro a estos contextos críticos y seguir produciendo conocimiento.

La información que generamos, afirma el profesor Atilano Flores, nos ayuda a construir en el país una sociedad más democrática, la cual debe estar basada en el conocimiento de México, porque una sociedad más crítica, mucho más reflexiva, genera mejores condiciones para la democracia y en general para el desarrollo.