Opinión
Ver día anteriorMiércoles 31 de julio de 2024Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
La confrontación EU-China, ¿y México?
H

emos examinado en contribuciones anteriores con detalle la profundidad de la confrontación entre Estados Unidos y China y, desde 2022, bajo el concepto del security-shoring, es decir, masivas medidas tomadas por EU en todos los ámbitos en su estrategia en contra de China. Crecientemente, Estados Unidos también invita y exige a terceros países sumarse a su estrategia en contra de China con base en su seguridad nacional. ¿Qué implicaciones tienen esta confrontación en terceros países y para México?

Revisemos algunos ámbitos socioeconómicos donde las presiones estadunidenses en México han sido explícitas.

En las inversiones, por ejemplo, durante la visita de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en diciembre de 2023, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) acordó crear un grupo de trabajo para monitorear la trazabilidad del origen de los recursos de las empresas que realizan inversión extranjera directa (IED) en México; el grupo de trabajo iniciaría con actividades en 2024, aunque se desconocen sus resultados por el momento. El objetivo de Yellen es contundente: generar las condiciones legales e institucionales para que México copie y pegue la labor del Comité de Inversión Extranjera de EU (CFIUS) que realiza un escrutinio detallado de la IED en EU, y particularmente de la china, para negar transacciones específicas (por ejemplo vinculadas al ejército y/o al Partido Comunista de China). Hoy en día México no cuenta con la legislación ni con la institucionalidad para dar un seguimiento a cada transacción de IED. De igual forma, y ante el anuncio de Tesla –de marzo de 2023– de invertir alrededor de 5 mil millones de dólares en Monterrey para una gigafactory, la condición de la administración Biden ha sido contundente: sus vehículos eléctricos no pueden integrar partes y componentes chinos. Ambos casos –el grupo de trabajo con la SHCP y la planta de Tesla, la cual seguramente no se realizará ante los pobres resultados de la empresa desde entonces y ante la competencia con empresas chinas– reflejan las concretas presiones de EU a México para integrarse a su estrategia anti-China y adoptar sus criterios de seguridad nacional.

En otro ámbito, el comercial, las crecientes exigencias han sido igualmente explícitas: reducir o eliminar por completo el valor agregado chino o atenerse a nuevos aranceles. El tema es de la mayor relevancia, considerando que México se convirtió en 2023 en el primer socio comercial de EU y que 82.66 por ciento de las exportaciones de México se concentran en EU (por debajo de niveles superiores a 88 por ciento a inicios de los años 2000).

¿La problemática? Las importaciones de México provenientes de China alcanzaron 19.08 por ciento en 2023 (fueron inferiores a uno por ciento hasta 1997) y han desplazado masivamente las importaciones provenientes de EU, la Unión Europea y América Latina. Si bien en 2023 la relación importaciones/exportaciones con China fue de 11/1, es al menos tan importante recordar que 87 por ciento de las importaciones de México desde China fueron bienes intermedios y de capital, es decir, son transformadas para el mercado doméstico y exportaciones.

En todo un grupo de cadenas globales de valor (autopartes, electrónica, diversos químicos, etcétera) China se ha convertido desde hace más de un lustro en el principal proveedor de México. Es decir, la exigencia de EU de reducir o eliminar las importaciones chinas, las cuales se han consolidado desde hace más de dos décadas, no reconoce la estructura comercial de México y que las partes y componentes importadas de China son cruciales para las exportaciones y el mercado doméstico mexicano. Buscar una reciprocidad en el comercio México-China, desde esta perspectiva, y como lo ha destacado recientemente el secretario de Hacienda, no comprende la relevancia de las importaciones chinas para el apartado productivo mexicano, además de la imposibilidad en la mayoría de los casos de sustituir las importaciones chinas por las de otros países. No obstante, las presiones de la Casa Blanca con la amenaza de imponer aranceles son enormes.

Dos aspectos son, por último, relevantes. En estas discusiones recientes entre EU-China y México las instituciones existentes, la Organización Mundial del Comercio y particularmente el T-MEC, parecieran ser irrelevantes: EU amenaza a México con altos aranceles, sin considerar el acuerdo comercial firmado apenas en 2020. Segundo, la problemática arriba descrita refleja la imperante necesidad de que los organismos público, privado y académico elaboren estrategias y propuestas pragmáticas y muy específicas ante la discusión electoral en EU hasta noviembre de 2024 y posteriores. Es imperante un detallado diagnóstico y definir una estrategia de México ante estas presiones; los retos de la seguridad nacional de EU no son necesariamente los mismas que los de México. ¿Será?

* Profesor del Posgrado en Economía y coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM

http://dusselpeters.com