En América Latina y el Caribe, la violencia intraescolar y en los entornos de los planteles educativos se ha convertido en un tema prioritario, que requiere de respuestas integrales, pues supera por mucho el contexto del aula, aseguró la ministra de Educación de Costa Rica, Anna Katharina Müller Marín.

En el segundo encuentro de la Consulta Regional para la Prevención y Abordaje de la Violencia en la Educación, especialistas señalaron que cada año, millones de niños y jóvenes enfrentan violencia en su camino hacia, desde, dentro y alrededor de las escuelas, incluso en entornos digitales.

Señalaron que dos de cada cinco alumnos de sexto grado de primaria han sido víctimas de acoso y al menos uno de cada ocho han sufrido agresiones físicas. A ello se suma que los menores que no se ajustan a las normas de género o pertenecen a pueblos indígenas, comunidades de migrantes o grupos étnicos suelen correr mayor riesgo de sufrir violencia y discriminación.

En el contexto de la consulta, expertos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señalaron que la violencia de género en las escuelas afecta desproporcionadamente a las niñas y se manifiesta con ciberacoso, violencia y explotación sexual.

Reconocieron que si bien los niños, aunque tienen más probabilidades de sufrir acoso físico, también enfrentan expectativas y violencia de género.

Cristián Bravo, coordinador asociado de programas de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Unesco, destacó que los factores que detonan la violencia en las escuelas son múltiples, e incluyen desde pobreza, desigualdad e injusticia social hasta la violencia intrafamiliar que enfrentan los alumnos.

Los gobiernos de El Salvador y Costa Rica expusieron las diversas acciones con las que buscan frenar este fenómeno en sus aulas, que se extiende a prácticamente a todos los países de la región, en particular aquellos donde la violencia en distintas esferas de lo social, económico y político está más exacerbada.

Autoridades regionales del sector educativo y de diversas organizaciones civiles coincidieron en que si bien la violencia afecta a los países de forma diferente, sus expresiones e impactos guardan similitudes que ofrecen la oportunidad de poner en marcha acciones coordinadas y conjuntas.

Por ello, la Unesco prevé elaborar un documento de análisis y propuesta para impulsar la construcción de soluciones integrales y conjuntas, que permitan erradicar este flagelo de los espacios educativos y de los entornos escolares.

Enfatizaron que la violencia contra niños dentro y fuera de las escuelas está influenciada por múltiples factores interrelacionados, como las desigualdades de género, las normas y comportamientos sociales que normalizan la violencia como medio de disciplina, el clima escolar negativo y la violencia criminal.