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Sheinbaum y la voz de la clase obrera
E

n las últimas semanas hemos sido testigos de la conformación del gabinete de la virtual presidenta electa, doctora Claudia Sheinbaum Pardo. Desde mi perspectiva, es un paso que merece un análisis profundo y reflexivo. La elección de cada uno de los miembros revela una clara intención de designar a personas especializadas y con una sólida trayectoria en sus respectivos campos. Esto, sin duda, es un factor positivo que puede contribuir a la eficacia y eficiencia del gobierno que está por venir.

Un gabinete bien preparado es esencial. Su propósito es fundamental: no sólo asesorar y tomar decisiones, sino también asumir una gran responsabilidad con el pueblo mexicano. Ellos están aquí para sostener y continuar la transformación que se ha ido forjando en los últimos años, un proceso que, aunque aún está en curso, ha abierto nuevas oportunidades y esperanzas para muchos. La expectativa es clara: deben trabajar incansablemente por el bienestar de los mexicanos, asegurándose de que cada acción y cada política refleje el compromiso con la justicia social, la transparencia, el bienestar y el progreso.

La conformación de este nuevo gabinete también debe ser una oportunidad para asentar la línea discursiva que se convertirá en la guía de acción de este gobierno. Celebramos la elección de expertos y la apuesta por la experiencia, pero es crucial no perder de vista la realidad de nuestro país. A pesar de las menciones a los sectores más vulnerables en los discursos, ha sido notoria la ausencia de términos como trabajador, obrero, sindicato o clase trabajadora. Este es un punto que no podemos pasar por alto.

No podemos perdernos entre los asuntos pendientes que impactan directamente a quienes, día a día, sostienen la economía del país con su trabajo. Es vital recordar que la prioridad para gobernar debe ser atender las necesidades imperantes y las deudas históricas con el pueblo. Ahora más que nunca, es momento de poner a los trabajadores en el centro de la discusión, de reivindicar sus derechos y de reconocer su papel esencial en la construcción de un México más digno y justo.

La esperanza de continuar con la transformación iniciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador es palpable. Sin embargo, debemos ser claros: la verdadera reconstrucción del tejido social tan afectado por la desigualdad y la injusticia social se logrará sólo si se escucha la voz de la clase trabajadora. Las luchas sociales no son tema secundario; son el núcleo de la transformación que prometemos.

El reto sigue siendo grande: proteger la democracia y los intereses del pueblo, reconociendo quiénes son realmente los que producen la riqueza de este país y abogan por la distribución justa de los recursos. La especialización del gabinete es un paso en la dirección correcta, pero no olvidemos que, al final del día, son los trabajadores quienes sostienen esta nación. Es momento de sentar las bases y consolidar un proyecto que retome su voz como una prioridad y se asegure que su lucha no sea ignorada en esta nueva etapa del gobierno.

Así, mientras celebramos la ­conformación de este gabinete, ­también nos comprometemos a seguir luchando por los derechos de los ­trabajadores y a abogar por un país donde la justicia social no sea sólo una consigna, sino una realidad evidente.

La transformación es un proceso colectivo y cada uno de nosotros tiene un papel crucial que desempeñar en esta misión. Reafirmo mi compromiso, desde la lucha por los derechos obreros, para seguir obteniendo victorias que traigan mayores beneficios para la clase obrera mexicana y para sus familias.

La transformación de nuestro país no se completará hasta que los ­trabajadores, quienes son el motor de nuestra economía, vean reflejados en su vida cotidiana los frutos de su arduo trabajo.

Seguiremos abogando por una justa distribución de la riqueza, por ­condiciones laborales dignas y por un reconocimiento pleno de su invaluable contribución a la nación. Juntos, en unidad y con determinación, construiremos un México más justo y próspero para todos.