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La Malinche siempre será un enigma por desentrañar: Luisa Govela

La escritora presenta un poemario en el que recrea el sentir y pensar de este personaje histórico

 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de julio de 2024, p. 3

De la Malinche, lo único que puede afirmarse con seguridad es que será siempre un enigma por desentrañar, según la poeta Luisa Govela, autora del poemario Monólogo de Malinali, en el que emprende un ejercicio de imaginación para recrear el sentir y el pensar de ese personaje histórico.

“Durante siglos, la palabra Malinche ha sido considerada sinónimo de traición; en la escuela, a mi generación, nos enseñaban a odiarla. Era la vendepatrias, la que hablaba la voz del enemigo, la traidora; sin embargo, a partir de los 500 años de la conquista de México (en 2021), se realizaron investigaciones y estudios más profundos que descubrieron la importancia de su papel en ese episodio.

Entonces, ya se le ve de otra manera ahora, pero ignoramos mucho de ella. Se saben muy pocos datos; tenemos históricamente comprobados muy pocos elementos, porque era mujer, indígena y esclava en una cultura de hace más de 500 años, muy diferente a la nuestra.

En la presentación del libro en la Casa del Virrey de Mendoza, en el Centro de Tlalpan, la autora tamaulipeca rechazó que con este monólogo poético, escrito en 2022, busque justificar los actos de esa mujer indígena. Es muy complicado juzgar a quien vivió como esclava desde muy niña en un mundo muy distinto al nuestro.

Su pretensión, aclaró, fue hacer un ejercicio de creación literaria en el que se metió en la mente de ese personaje histórico para dar una imagen ficticia de cómo se sentiría Malintzin, Malinche, Malinali experimentando los acontecimientos de su vida, que para mí fue novelesca.

Nunca sabremos qué sintió

Precisó que su acercamiento fue desde el punto de vista de una mujer de los siglos XX y XXI, con todas las reservas implicadas al intentar describir cómo se sentía una que vivió en una época y unas circunstancias totalmente ajenas a las de nuestra época.

Fue algo muy difícil, por eso le di rienda suelta a la imaginación, y sobre todo porque me fijo en los aspectos íntimos de sus sensaciones y sentimientos. ¿Quién va a saber eso? Nadie. Nunca lo vamos a saber, porque no hay nada escrito por ella; no dejó ningún diario, nada de cómo se sentía y qué pensaba.

Para dar forma a su nuevo libro, publicado por BF Editorial y el cual consta de un poema en prosa conformado por 40 cantos, Luisa Govela echó mano de los pocos datos históricos existentes y las leyendas relacionadas con la Malinche, así como de la ficción.

El ejercicio de imaginación, dijo, consistió en adentrarse a la mente de esa niña a la que sus padres abandonaron por completo a su suerte, que fue vendida como esclava, que pasó de mano en mano y que seguramente fue prostituida.

“Fui pensando todo eso, ¡qué horrible habrá sentido ella de pasar por todas esas situaciones! (…) ¿Qué habrá sentido de joven cuándo conoció a los españoles? Para echarle un poco de condimento al caldo, escribo que ella conocía a hombres indígenas, que eran lampiños, y me pregunto qué sintió al conocer a los conquistadores, a esos hombres barbudos, llenos de pelos y con una manera extraña de hablar. No sabemos si se enamoró de Cortés o no; a lo mejor sí.

Así iba formando mis poemas: pensando en que yo estaba metida en la mente de Malinali tratando de decir cómo se sentiría ella, cuáles serían sus pasiones y emociones, inventadas por mí, porque no son reales; lo real es que fue la compañera de Cortés.

Mujer admirable

Luisa Govela reconoció la fortaleza de Malintzin y todo lo que tuvo que aprender y soportar para estar en un mundo de hombres, así como su capacidad para utilizar las herramientas adecuadas para sobrevivir en esa época y a la esclavitud.

De que es una mujer admirable, lo es; de que nunca sabremos cómo se sintió, nunca lo sabremos, pero espero que con mi libro pueda dar una imagen de una Malintzin más cálida, más vulnerable, menos traidora, porque fue un papel impuesto. Tuvo que ser la intérprete-traductora de Cortés, era una esclava, no era dueña de sus decisiones. Entonces, no podemos llamarla traidora así como así. Lo que deseo es que se tenga de ella una imagen más cálida, pero sobre todo más humana.

En la presentación también participaron la poeta Blanca Luz Pulido, quien envió un texto porque no pudo asistir, así como el crítico literario Rogelio Arenas Monreal. En la sesión, la autora dio lectura a algunos cantos del poemario al alimón con Teresa Careaga.