Miércoles 24 de julio de 2024, p. 26
Washington. La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, renunció ayer luego del intento de asesinato contra el ex presidente Donald Trump, que desató una protesta generalizada sobre cómo la agencia fracasó en su misión central de proteger a los mandatarios actuales y anteriores.
Cheatle, jefa del Servicio Secreto desde agosto de 2022, enfrentaba crecientes pedidos de dimisión y varias investigaciones sobre cómo el agresor pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano en un mitin de campaña realizado al aire libre en Pensilvania.
Cuando abrió fuego contra Trump, el atacante Thomas Matthew Crooks, de 20 años, se acercó a 135 metros del escenario donde hablaba el ex presidente. Esto, a pesar de que una amenaza de muerte contra el magnate proveniente de Irán hizo que se asignara seguridad adicional al exmandatario antes del mitin del 13 de julio.
Un ensangrentado Trump fue escoltado fuera del escenario por agentes del Servicio Secreto, y francotiradores de esa agencia mataron al agresor. Trump indicó que la parte superior de su oreja derecha fue perforada. Un asistente murió y otros dos fueron gravemente heridos.