En la revisión del Marco Curricular Común de la Educación Media Superior (MCCEMS), la Secretaría de Educación Pública (SEP) reconoce la necesidad de aplicar un nuevo enfoque para la enseñanza de las humanidades, ya que es evidente que no se ha logrado la finalidad de desarrollar habilidades de pensamiento que repercutan en la vida personal y colectiva de los estudiantes. Agregó que en bachillerato suman más de 5.3 millones de adolescentes en todos los subsistemas.

En el documento Progresiones de aprendizajes del área de conocimiento de humanidades, el cual se establece la reconceptualización de estas disciplinas, señala que las humanidades se han enseñado en la educación media superior mexicana mediante problemas no contextualizados o no situados en la realidad socioeconómica ni socioafectiva de los estudiantes.

Por ello, en el rediseño del MCCEMS, que parte del enfoque de la Nueva Escuela Mexicana, se propone la formación integral de los alumnos, así como la generación de ciudadanos reflexivos, autónomos y con consciencia crítica de su entorno.

Enfatiza que se busca poner en acción unas humanidades situadas y pertinentes para la enseñanza del nivel medio superior en México, además de modificar y mejorar las prácticas en aula mediante experiencias de aprendizaje filosófico cercanas a los alumnos.

La SEP señala que se propone crear una comunidad de indagación, con aprendizaje basado en problemas, estrategias lúdicas, uso de herramientas tecnológicas y digitales y métodos de caso, entre otros. También busca darle sentido a la práctica de enseñanza de las humanidades para los profesores y alumnos.

Sin embargo, entre las críticas expresadas por la comunidad de docentes e investigadores en disciplinas como filosofía, lógica, estética y ética a la propuesta curricular para el bachillerato, se incluyen diversos problemas en la integración de contenidos y metodologías de estudio.

Subrayan que en la elaboración del nuevo proyecto curricular se carece por completo de la pertinente distinción entre didáctica y pedagogía, por lo que consideran que se abandona al docente con todo el peso de la responsabilidad de poner en marcha el modelo pedagógico constructivista, sin que exista una guía didáctica que ayude al profesor a cumplir con esa labor.

A ello se suma, agregan en un documento de análisis entregado a la SEP, la carencia de suficientes docentes para atender las necesidades de la nueva propuesta curricular, pues la mayoría de los activos no son profesionales en filosofía ni humanidades. Tampoco, afirman, se cumple con las necesidades de actualización para enfrentar los retos didácticos-pedagógicos que impone el MCCEMS.