Milwaukee. A pocas cuadras de la Convención Republicana y los gritos de condenas y proclamas contra los inmigrantes, la devoción por la Virgen de Guadalupe, César Chávez, el trabajo y la cultura de unos 100 mil mexicanos nutren la vida de esta ciudad construida por inmigrantes de todo el mundo a lo largo de 160 años.

La cerveza que beben los delegados republicanos en Milwaukee fue originalmente de alemanes, y hoy la cerveza más vendida en este país es la mexicana, también aquí. Pero al dar la vuelta por parte del barrio de compatriotas, nadie ha visto a un delegado por ahí.

En el supermercado El Rey, fundado por la familia Villarreal hace más de 45 años (ahora tienen 4 supermercados y una empresa de distribución de alimentos latinos), que llegó aquí desde México a principios de los años 60, se ofrece toda la gama gastronómica de México, hasta hojas de maguey, nopales, jícama y comida preparada, desde carnitas a caldo de res, tamales, menudo, hasta lengua y aguas frescas para llevar o para comer ahí. También hay piñatas, baleros y juegos de serpientes y escaleras. Ahí está casi todo México.

En el supermercado se intercambiaban con humor reacciones a quienes han invadido el centro de su ciudad, incluso chistes sobre orejas heridas: Ahí están las dos, dice un trabajador apuntando a dos orejas de pan en el exhibidor.

Otros se atrevieron a expresar un repudio con palabras mayores, aunque otros estaban renuentes a ofrecer sus opiniones.

Entre los anuncios a la salida del centro de abasto hay carteles de box, de conciertos y uno ofreciendo asistencia comunitaria y un taller mensual para una Red de Trabajadores Esenciales sobre derechos laborales y de los indocumentados, organizada por Voces de la Frontera. Dentro hay una oficina de Western Union (otra a sólo una cuadra) ofreciendo trámite de remesas.

Sobre la avenida César Chávez hay una estatua del héroe sindical jornalero y una pared con su consigna Sí se puede. Poco más adelante, la compañía de autobuses Tornado ofrece viajes a México todos los días. A la Ciudad de México cuesta 330 dólares un viaje de más de 40 horas. Las rutas ofrecen un mapa de la diáspora: Milwaukee, Chicago, Charlotte y más a San Luis Potosí, Guadalajara, Morelia. Debajo del miniatlas, el lema: Uniendo familias en México y Estados Unidos.

Hay restaurantes llamados Guanajuato o Guadalajara, un póster dice: Pedro Infante te envía tu dinero, y también hay clínicas de salud, y por ahí cerca, dentro de la iglesia de Saint Josaphat, fundada por migrantes polacos hace más de un siglo, ahora hay una Virgen de Guadalupe en el altar.

Apoyo consular

La embajadora Claudia Franco Hijuelos, cónsul de México en Milwaukee, informó qué hay unos 300 mil mexicanos en el estado de Wisconsin y un tercio de ellos radica en Milwaukee.

En entrevista con La Jornada, Franco indicó que la mayoría están concentrados en zonas urbanas, principalmente en ésta y en Madison. El flujo primero creció en los años 50, y de nuevo en los 80 y 90, explicó.

Este consulado se estableció porque la comunidad lo pidió, señaló al subrayar que es una sociedad bastante integrada y “colocada en toda clase de actividades socioeconómicas, desde el dueño de la empresa de construcción, al gran supermercado, la gran líder de ciudadanos, artistas, músicos, profesores universitarios, los políticos de segunda generación, que desde luego su lealtad es hacia Estados Unidos y Wisconsin, pero que sus raíces culturales son mexicanas.

La embajadora Franco informó que la migración mexicana a Wisconsin proviene principalmente de Veracruz, Oaxaca, Estado de México, Jalisco y Guanajuato. Una parte importante trabaja en manufactura, construcción y servicios.

En su opinión de cómo percibe la población mexicana la retórica antimigrante en la Convención Republicana, comentó que algunos participaron en la marcha de protesta y en las coaliciones que se formaron para repudiar ese mensaje.

Seguramente hay preocupación. Y saben que el consulado va a ser un aliado si llegara a suceder como ha sido en el pasado, en referencia a las amenazas de redadas y deportaciónes masivas, subrayándoles que tendrán el respaldo consular.

Estamos aquí para trabajar, respondió una de las empleadas de El Rey, y nuestro trabajo aporta a este país. De hecho, no sólo los mexicanos aquí contribuyen económica y culturalmente a este estado, sino que, en cálculos del consulado, el comercio con México genera más de 86 mil empleos en Wisconsin. Pero a esa realidad no le es permitido ingresar a la fortaleza alrededor de la Convención Republicana –lo única presencia dentro del perímetro de seguridad es la de un puesto de churros y elotes–.