Segunda ocasión consecutiva
Los mexicanos Giuliana Olmos y Santiago González pierden la final
Lunes 15 de julio de 2024, p. a11
Londres. Novak Djokovic volvió a caer en Wimbledon, y ante el mismo rival de hace un año. El español Carlos Alcaraz parecía fortalecido porque en esta cancha venció al serbio por 6-2, 6-2, 7-6 (4) en la final masculina para conseguir su cuarto título de Grand Slam a los 21 años.
Fue una redición de la final del año pasado en el torneo de césped en el All England Club, que el español ganó en cinco sets.
Un domingo en el que la dupla mexicana formada por Giuliana Olmos y Santiago González se quedaron a las puertas de hacer historia para su país, al perder la final de dobles mixtos de Wimbledon frente al polaco Jan Zielinski y la taiwanesa Su-Wei Hsieh.
La final varonil parecía encaminada a un triunfo sin obstáculos para Alcaraz hasta que trastabilló en el tercer set y le agregó una dosis de drama y suspenso. Ahí, pese a que Djokovic llegó en una versión desmejorada, hubo un momento que recordó que se trata de un veterano de 37 años capaz de levantarse como fiera herida.
Pero el español se reorganizó y retomó el control para conseguir su segundo título en un major consecutivo después de que el mes pasado ganó el Abierto de Francia en arcilla.
El veinteañero ganó su primer título de Grand Slam en el Abierto de Estados Unidos 2022, cuando era adolescente y desde entonces ningún otro tenista ha sumado tantos trofeos en un major antes de cumplir 22 años.
Además, alcanzó la marca de 4-0 en finales del circuito completo de cuatro títulos.
El serbio, portando una manga gris en su reparada rodilla derecha, no logró sumar su octavo título en Wimbledon ni incrementar su total a 25 campeonatos en un torneo grande. Él sufrió un desgarro en el menisco de la rodilla derecha el 3 de junio en Roland Garros, y dos días después se sometió a una operación en París. Tras casi seis semanas estuvo lejos de sus mejores actuaciones –y ciertamente Alcaraz tuvo un poco de culpa en esto.
Fue justo cuando el joven tenista estaba al borde de la victoria que las cosas se pusieron interesantes y algunos aficionados comenzaron a gritarle ¡Nole! ¡Nole!
a Djokovic, mientras otros respondieron coreando ¡Vamos, Carlos! ¡Vamos!
Alcaraz estaba arriba en el marcador en el tercer set cuando trastabilló un poco. Dejó escapar su primer punto para el partido con una doble falta y que llevó a cinco errores al hilo para ceder puntos –y un game– a Djokovic. Fue un revés que salió mal. Una volea de derecha. Otro derechazo. Uno más. Esa fue la única ocasión durante todo el partido que Djokovic quebró a Alcaraz. De pronto, el set quedó igualado a 5. Alcaraz se veía nervioso y el veterano serbio tuvo esperanza.
Pero en el desempate, Alcaraz consiguió su cuarto punto y mantuvo la calma. Pronto estaba escalando hacia las gradas para abrazar a su entrenador Juan Carlos Ferrero y otros asistentes.
Casi dos horas y media antes, el primer game parecía vaticinar un encuentro de ida y vuelta –uno tan largo que quizá llegó a preocupar a algunos asistentes sobre si tendrían suficiente tiempo para llegar a un pub o a su casa para ver la final de la Eurocopa entre Inglaterra y España más tarde. Por supuesto, Alcaraz también está interesado.
Ese game consistió de siete deuces y 20 puntos a lo largo de 14 minutos en los que ambos tenistas tuvieron momentos brillantes: Sprints, deslices y lances vistosos de Djokovic para defenderse, y retornos ganadores de Alcaraz, quien aprovechó su quinto punto de quiebre al responder a un saque de 125 kilómetros por hora, que llevó a un derechazo abierto de Djokovic. Esto resultó ser el punto más competitivo del encuentro, hasta el tercer set.
El triunfo en Wimbledon permitió a Alcaraz igualar el número de victorias en el torneo londinense de su compatriota Rafael Nadal, ganador en 2008 y 2010. También se convierte en el cuarto tenista de la era Open en lograr cuatro grandes con 21 años o menos, junto a los suecos Bjorn Borg y Matts Wilander, y el alemán Boris Becker.
La derrota impidió a Novak Djokovic acercarse todavía más a la cifra de 100 torneos de la ATP ganados, al llevar en este momento 98 y sobre todo igualar los ocho triunfos de Federer en el césped londinense.
Zielinski-Hsieh, monarcas en dobles mixtos
En dobles mixtos, los mexicanos Giuliana Olmos y Santiago González cayeron ante el polaco Jan Zielinski y la taiwanesa Su-Wei Hsieh. Los tricolores, que era la segunda vez que jugaban juntos, no tuvieron opción ante sus rivales, séptimos cabeza de serie del torneo, que se impusieron por 6-4 y 6-2.
Olmos, de 31 años, y González, de 41, comenzaron el partido con un break en contra, una desventaja que ya no pudieron subsanar frente a unos rivales que se mostraron muy efectivos con el servicio. La taiwanesa de 38 años y con 36 títulos en dobles, nueve de ellos en torneos deGrand Slam (cinco Wimbledon, un par en Roland Garros y dos Abiertos de Australia) y Zielinski, de 27 años y con siete títulos en dobles, mantuvieron la efectividad con el servicio en el segundo set y volvieron a hacer el break en el tercer juego para ponerse de nuevo por delante.
Pese a mejorar ante el resto, los mexicanos volvieron a ceder el servicio en el séptimo juego y se colocaron 5-2 abajo, una ventaja que sus rivales no desaprovecharon y se llevaron el título con un juego en blanco.
Olmos y González se quedan de nuevo a un paso de su primer título de Grand Slam después de haber llegado a varias finales.
Además de llegar al último partido en Wimbledon de 2024, González fue finalista en dobles mixtos de Roland Garros en 2012, con la polaca Klaudia Jans-Ignacik, y en el Abierto de Estados Unidos en 2013 y 2014, con la estadunidense Abigail Spears. González llegó también a la final de dobles masculinos en Roland Garros en 2017 con el estadunidense Donald Young. El veterano tenista mexicano tiene 23 títulos de dobles en su palmarés.
Olmos, que ha cosechado seis títulos de dobles en su carrera, perdió en Wimbledon su segunda final de un Grand Slam, tras haber llegado al último partido en el Abierto de Estados Unidos de 2021, haciendo tándem con el salvadoreño Marcelo Arévalo.