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Disquero
Partículas de música suspendidas en el aire
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▲ Portada del álbum Rectangles and Circumstance, de la artista estadunidense Caroline Shaw.Foto n
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de julio de 2024, p. a12

El nuevo disco de Caroline Shaw es un compendio de belleza. Se titula Rectangles and Circumstance y es el segundo que graba con el grupo So Percussion. Reúne 10 composiciones donde campea lo bello, los sublime, lo sutil. Es música de ensueño.

El Disquero dio a conocer a Caroline Shaw hace cinco años, cuando se publicó Narrow Sea, a partir de un tesoro bibliográfico: The Sacred Harp, colección de himnos del norte de América del siglo XVIII. Aquel disco contiene de cuerpo entero el estilo que caracteriza a esta cantante, compositora, poeta, Premio Pulitzer.

En las obras de Caroline Shaw abundan pasajes, ideas y desarrollo de temas de TS Eliot, William Shakespeare, James Joyce, Anne Carson y Marilynne Robinson (ellas dos, amigas de Caroline), entre otros poetas.

Todos los textos en ese disco, Narrow Sea, comparten dos temas: el agua en sus distintas formas (el río, las mareas, las gotas de agua que caen) y también, subraya la compositora, imágenes que yacen y se mueven entre este mundo y el siguiente.

Escuchamos cúmulos de nubes en voz humana, invocaciones, interjecciones, gemidos, ululares, silbos, tarareos, mantras elaborados con sílabas, ecos, aullidos, susurros.

Las combinaciones instrumentales de Caroline Shaw son muy originales: voz humana, piano y percusiones (no convencionales: baquetas sobre cacerolas, latas vacías, recipientes, blocs de madera, glokenspiel, marimba, tambores).

En su Partita for Eight Voices (por la que al cumplir 30 años de edad le fue conferido el Premio Pulitzer) ascienden y descienden humores, vapores, olores, sabores: la música de Hildegard von Bingen como una invocación, por igual que pasajes que recuerdan la ópera Einstein on The Beach, de Philip Glass, donde los versos son números.

En su Partita para ocho voces y en su partitura Taxidermy, toma versos de los Cuatro Cuartetos de TS Eliot para convertirlos en mantras. En palabras de la compositora: uso versos de Eliot a manera de mantras existencialistas.

El verso de Eliot: The detail of the pattern is movement, en la partitura de Caroline Shaw se convierte en las muchas formas que toma el agua, en el paso del tiempo, en palabras de Eliot: el tiempo presente y el tiempo pasado / acaso estén presentes en el tiempo futuro.

Elliot: The movement of time in which brief moments of eternity are caught.

El carácter hímnico de la música de Caroline Shaw adquiere dimensiones poéticas. Su estructura no es convencional. Es sencilla. De complejidad sencilla. O compleja sencillez. No se parece a ninguna otra música y refleja todas, de la misma manera que las estrellas son el reflejo de algo que ocurrió hace millones de años.

En su disco titulado Let the Soil Play its Simple Part, Caroline Shaw presenta en portada una maceta con una planta, una rosa del desierto, y el contenido del disco son 10 piezas de fenomenal belleza.

El corte 8, A Gradual Dazzle, es una música hecha a partir de un poema de su amiga Anne Carson: Room in Brooklyn, que a su vez dibuja con palabras lo que Edward Hopper, ese experto en soledad, puso en óleo: una mujer sola mira por la ventana en Brooklyn el brillo mortecino del sol:

This slow day moves along the room
I hear its axles go a gradual dazzle
Upon the ceiling gives me that racy
Bluish yellow felling
As hours blow the wide way dawn
My afternoon

También en ese disco, Let the Soil Play its Simple Part, Caroline Shaw pone música a un verso de James Joyce:

A veil awave upon the waves

Un velo es una vela es una ola que cabalga en lo alto de las olas, del Episodio 11, Sirenas, del Ulises de James Joyce.

Recomiendo la escucha de todos los discos de Caroline Shaw. Además de los tres ya mencionados (Partita por Eight Voices, Narrow Sea y Let the Soil Play its Part): Orange, de 2019, Evergreen, de 2022 y The Wheel, también de 2022.

El álbum Evergreen lo grabó con sus amigos del Attaca Quartet, con quienes realizó antes el disco Orange. Es una exploración a profundidad sobre el tema del lenguaje en general y en particular de la prosa cantarina de su amiga Marilynne Robinson. Culmina gloriosamente con el célebre poema francés “Cant voi l’aube”, un eco de su obra maestra, la pieza titulada And So, que es una reimaginación de la pregunta inmortal que formuló William Shakespeare: “What’s in a name?”, que forma parte del monólogo en Romeo y Julieta.

El álbum The Wheel, mientras tanto, grabado con sus amigos de I Giardini, entabla diálogos epifánicos en piano y violonchelo, mientras Gustave Le Gray tiene un fructífero monólogo donde pendulan compases de Chopin y en tanto Léa Hennino en la viola produce belleza estirando colisiones entre las maneras de articulación en un instrumento de cuerda, contrastando lo rudo con lo sutil.

La pieza titular del disco evoca, en palabras de la compositora, un breve viaje a través de un paisaje hecho con recuerdos musicales, y asocia los sonidos de esta composición al sentimiento que nos causa caminar solos a través de la ciudad por la noche, acompañados por nuestras voces interiores y nuestras reflexiones.

En su nuevo disco, Caroline Shaw eslabona gemas de un viaje al interior de nosotros, desde la pieza inicial, que da título al disco, Rectangles and Circumstance, con sus geometrías en movimiento, su voz entreverada con la voz de los distintos instrumentos en efectos asombrosos que dan la impresión de caminata en reversa, flotamiento, ascenso continuo.

En la siguiente pieza, Sing On, da voz al viento, a la lluvia. Suena un teclado como de piano de juguete y en la siguiente pieza, Silently Invisibly, la música adquiere forma de vapores salidos de una cajita musical a la que se da cuerda con estos versos:

Never seek to tell thy love
Love that never told can be
For the gentle wind does move
Silently invisibly

La siguiente pieza, Who Turns Out The Light?, es como un eco de aquella obra maestra que dimos a conocer aquí hace años: Just (After Song of Songs), de David Lang. El cantar de los cantares.

El álbum culmina con una de las obras más hermosas que se han escrito en muchos años: To Music, paráfrasis de An Die Musik, que escribió Franz Schubert a partir de un poema de su amigo Franz von Schober, un himno de gratitud al arte de la música:

¡Oh, arte benévolo, en cuántas horas
sombrías,
Cuando me atenaza el círculo feroz
de la vida,
Has inflamado mi corazón con un
cálido amor,
Me has conducido a un mundo mejor!
Con frecuencia se ha escapado un
suspiro de tu arpa,
Un dulce y sagrado acorde tuyo
Me ha abierto el cielo de tiempos
mejores.
¡Oh, arte benévolo, te doy las gracias
por ello!

Recomiendo la escucha de esta breve obra de Schubert, en tres versiones disponibles en YouTube: con la soprano Elizabeth Schwarzkopf y Gerald Moore al piano; con la contralto Kathleen Ferrier; con coro de mujeres y la mejor versión que sale en el primer listado que aparece en YouTube: con Suzanne Taffot.

La composición de Caroline Shaw a partir de la obra de Schubert siguió un procedimiento de deconstrucción y armado en equipo: ella y los integrantes de So Percussion imprimieron la partitura de Schubert, cambiaron el tempo a uno muy lento y dejaron a la elección de cada intérprete las notas de la armonía y la línea de bajo del original, evitando la melodía principal.

El resultado es una versión glacial, minimalista, que dura tres veces lo que el original, con una sensación de notas suspendidas en el aire.

Es la culminación de un disco donde la poesía de Christina Rosetti, Emily Brontë, Emily Dickinson, Gertrude Stein (a rose is a rose is a rose) y William Blake suena en la hermosa voz de Caroline Shaw entreverada con los distintos artefactos con los que So Percussion completan una serie de paisajes acústicos de ensoñación.

La belleza sonante.

X: @PabloEspinosaB

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