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Ciudad perdida

La Cuauhtémoc, polvorín político

¿Q

ué pasa en la alcaldía Cuauhtémoc?

Si en algún lugar de la CDMX se puede constatar uno de los muchos combates que existen en Morena, la alcaldía Cuauhtémoc puede ser el botón de muestra.

En los últimos 18 años Ricardo Monreal y sus candidatos han dominado el gobierno de la alcaldía que cuenta con casi 32 kilómetros cuadrados de territorio, en un supuesto acuerdo con René Bejarano, dueño y señor de la demarcación.

Muy dañado por el caso de la ligas, Bejarano decidió hacer acopio de fuerzas hasta tener las riendas de la Cuauhtémoc otra vez en las manos, cosa que aún no sucede, y mientras Monreal se creyó eso de que él dominaba, la fuerza que lo derrotaría seguía creciendo.

Néstor Núñez, y luego Sandra Cuevas, fueron las piezas de Monreal con las que ha dañado como nadie a la alcaldía, pero consciente de ello, trató de imponer a su hija Caty, y hasta donde nos daban las cifras, fracasó en la elección.

Para muchos, Bejarano jugó dos cartas, nada nuevo en él. Por un lado, hizo explícito su apoyo a Morena y sus candidatos en diferentes momentos, y por otro, se asegura entre la gente de la demarcación, apoyaba la opción opositora para arrancarle a Monreal el dominio sobre la alcaldía.

La Cuauhtémoc cuenta con 33 colonias y por ella transitan cerca de 5 millones de personas diariamente y significa uno de los lugares con mayor número de vendedores ambulantes y con el corredor financiero más significativo del país: el Paseo de la Reforma. Además, alberga la sede de los poderes de la nación.

De esa forma, lo que significa ésta, a la que se le conoce como el corazón del país, se halla enfrascada en un lío que no parece tener buena resolución, y menos aún para Morena y su relación con Ricardo Monreal.

El partido triunfador en la elección reciente, Morena, reclamó lo que parece increíble, y es que el organismo ganó en casi todos los puestos en juego, pero perdió la jefatura de la alcaldía.

Quienes hacen el análisis de estos fenómenos aseguran que lo que la población ordenó es que los Monreal, se llamen como se llamen, dejen el mando administrativo y político del lugar.

El asunto es que ahora, con el paso de los días, muchos han caído en la idea de que la alcaldesa electa, Alessandra Rojo de la Vega, no parece tan diferente a lo que hizo Sandra Cuevas y sus escándalos.

Sea como sea, parece que habrá un recuento de votos cuyo resultado no estaría lejano a lo ya exhibido, es decir, la derrota de los Monreal, pero entonces habrá que preguntarse ¿qué tanto operó Bejarano para que Morena perdiera?

Liberar a la Cuauhtémoc de los Monreal podría ser una acción beneficiosa, al final, para Morena, pero por lo pronto, la Cuauhtémoc se convirtió en oxígeno para la oposición casi muerta. Ya veremos qué pasa en la Cuauhtémoc.

De pasadita

Para la Fiscalía General de la República las palabras de Alito Moreno ayer en la asamblea priísta deben ser suficiente motivo como para llamarlo a declarar.

El dueño del PRI aseguro que hay militantes en el organismo que estuvieron involucrados en el crimen contra Luis Donaldo Colosio, y advirtió que los descubriría, si mal no interpretamos sus dichos.

La declaración y amenaza indica que el señor tiene información que se desconoce, pero que serviría para aclarar un crimen que no ha tenido una solución satisfactoria para nadie y que es parte de una constante reflexión y de nuevas formas de investigación por el gobierno.

Si el tal Alito tiene los datos y lo ha hecho saber públicamente, es hora de que lo llamen a declarar, pero ya.