Londres. El Partido Laborista logró una victoria histórica ayer en las elecciones legislativas británicas, según los primeros sondeos a pie de urna, lo que pondrá fin a 14 años de gobiernos conservadores.

Esta noche, la gente de aquí y de todo el país ha hablado: el cambio empieza ahora, declaró el líder laborista Keir Starmer a sus partidarios en su circunscripción del norte de Londres, cuando el recuento oficial mostró que ganó su escaño. Ustedes han votado. Ahora es el momento de que cumplamos.

Los laboristas de Keir Starmer obtendrían 410 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, con una holgada ventaja sobre los conservadores del primer ministro Rishi Sunak, castigados por los votantes, que obtendrían 131.

Esta cifra sería el peor resultado para los conservadores en unas elecciones desde la fundación del partido en 1834, por debajo de los 156 logrados en 1906, su anterior peor registro.

La formación de extrema derecha Reform UK, de Nigel Farage, uno de los impulsores del Brexit, entra al Parlamento con más fuerza de lo previsto, con 13 escaños, detrás del Liberal Demócrata (centro), que obtendría 61.

Tras confirmarse que fue relegido en Richmond, Yorkshire, Sunak reconoció: Los laboristas han ganado estas elecciones, e informó que llamó a Keir Starmer para felicitarlo.

El partido de Farage quedó en segunda posición en el recuento de las tres primeras circunscripciones, detrás de los laboristas.

Viraje al centro

“La revuelta contra el establishment está en marcha”, declaró Farage en la red social X.

Por su parte, los independentistas escoceses, terceros en las elecciones de 2019, sufrirían un duro revés con sólo 10 escaños ganados en las 57 circunscripciones de las que concurrían.

A todos los que hicieron campaña por el Partido Laborista durante estas elecciones, a todos los que votaron por nosotros y que han dado su confianza a nuestro nuevo Partido Laborista, gracias, reaccionó en X el virtual futuro primer ministro, Starmer, de 61 años, quien es hijo de un obrero y una enfermera, fue fiscal general para Inglaterra y Gales, así como diputado en 2015.

No obstante, el triunfo no superaría el récord de los laboristas (418) obtenido por Tony Blair en 1997, cuando puso fin a 18 años de gobiernos conservadores

Starmer, que acercó al instituto político que lo abandera hacia posiciones más de centro tras la derrota en las elecciones de 2019 de su antecesor Jeremy Corbyn, de corte más izquierdista, hizo una campaña por el cambio menos radical que la de su predecesor.

El líder laborista prometió una gestión cautelosa de la economía, dentro de un plan de crecimiento a largo plazo que incluye mejorar los criticados servicios públicos, en particular el denostado sistema de salud.

Tim Bale, profesor de ciencias políticas en la Queen Mary University de Londres, señaló que los resultados previstos son un desastre para el Partido Conservador.

El canciller Jeremy Hunt, la presidenta de la Cámara de los Comunes, Penny Mourdant; el secretario de Defensa, Grant Schapps; el secretario de Empresa, Jacob Rees-Mogg, y el ex líder conservador Iain Duncan, son quienes mayor riesgo tendrían de perder sus asientos en el Parlamento.

A los cientos de candidatos conservadores, a los miles de voluntarios y millones de votantes: gracias por el duro trabajo, gracias por el apoyo y gracias por su voto, señaló en Facebook un resignado Sunak.

El líder conservador deja el cargo menos de dos años después de haber sido nombrado primer ministro al ser designado líder de los conservadores, en octubre de 2022, cuando asumió tras un desastroso mandato a nivel económico, de apenas 49 días, de Liz Truss, que había sustituido a Boris Johnson, envuelto en el escándalo de las fiestas en su residencia oficial durante la pandemia de covid-19, cuando la población acataba una estricta cuarentena.

El Partido Conservador, con luchas internas y sumido en una profunda crisis, está en el poder desde mayo de 2010, primero con David Cameron como primer ministro, seguido por Theresa May y luego Johnson.

El Brexit, en 2020, y sus consecuencias para la economía británica, el covid, el aumento del costo de vida y un criticado funcionamiento del servicio de salud, con largas listas de espera, acabaron pasando factura a los conservadores. Es momento de cambiar, ¿no?, afirmó a la Afp Peter Warren, un director comercial de 43 años, en la estación de Saint-Albans.

Tengo esperanzas, pero no estoy seguro de que las cosas vayan a mejorar tanto, añadió, reflejando la cautela de muchos británicos. Starmer tratará de tranquilizar a los electores, tras las repetidas acusaciones de Sunak de que una victoria laborista se traduciría en impuestos mayores para una generación.

Starmer, cuatro años después de tomar las riendas del partido y nueve de entrar en política, atajó: No habrá ningún aumento del impuesto sobre la renta, la seguridad social o el IVA, respondió poco antes de la jornada electoral, insistiendo en que sólo subirá las tasas a ciertos contribuyentes, entre ellos escuelas privadas o empresas del sector de hidrocarburos.

Starmer ya anunció que abandonará el proyecto conservador de fletar aviones a Ruanda con migrantes irregulares para combatir las llegadas masivas de personas cruzando el Canal de la Mancha, que separa Inglaterra y Francia.

El líder laborista apuesta por luchar contra las mafias que sustentan esta llegada de inmigrantes sin papeles.