Claro en la relevancia de los símbolos, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la conmemoración del quinto aniversario de la Guardia Nacional en el mismo lugar donde comenzó su despliegue: el Campo Marte.

A manera de despedida ante el cierre de su mandato –en tres meses–, el comandante supremo de las fuerzas armadas consideró un acierto su creación, a la par que llamó a sus efectivos y mandos a no caer en las tentaciones de la riqueza y mantenerla como una corporación incorruptible.

La Guardia Nacional debe ser un ejemplo de honestidad, una organización incorruptible para que, de esa manera, de siga garantizando la paz y la tranquilidad en nuestro país.

En una ceremonia enmarcada en la formalidad y disciplina castrenses, con las que han sido formados los elementos de la Guardia, el jefe del Ejecutivo no aludió ni una sola ocasión a su anhelo de incorporar ese cuerpo de seguridad a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que sí rubricó en la iniciativa de reforma constitucional que en febrero envió al Congreso.

Ceremonia cargada de simbolismo

Pero un simbolismo ligado a lo militar fue eje central en diferentes momentos del acto: tres compañías de cadetes del Heroico Colegio Militar, que al egresar se convertirán en comandantes de la Guardia Nacional, efectuaron una salva de fusilería; se ejecutó el toque miliciano Tres de Diana al reconocer a 42 hombres y 13 mujeres de la corporación, y los acordes de la banda de guerra acompañaron un desfile de varios batallones.

Junto a los secretarios de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval; de la Marina, José Rafael Ojeda, y de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, otros miembros de su gabinete e invitados, como el fiscal general Alejandro Gertz –a quien hacía tiempo no se le veía en actos públicos–, y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, el mandatario federal destacó el papel de las fuerzas armadas y de la Guardia Nacional en la lucha contra la criminalidad.

Con el paso del tiempo, y ante el fracaso de la Policía Federal, el problema de la seguridad pública en el país se fue agravando y hacía falta atenderlo, subrayó.

Por ello, recordó, en 2019 fue aprobada una reforma a la Constitución y se dio paso a la creación de la Guardia –que en principio el propio mandatario ideó como un cuerpo civil y al paso de los años reafirmó la necesidad de incorporarla a la Sedena-; asimismo, esa reforma también regularizó que el Ejército y la Marina, pilares fundamentales del Estado, pudieran incorporarse a labores de seguridad.

Así es como estamos enfrentando el flagelo de la violencia. Se va avanzando; no como quisiéramos, pero hay que tomar en cuenta que se trata de un mal bastante agravado, porque lo dejaron mucho tiempo sin atención.

Balance de cinco años

De acuerdo a su balance, salvo en extorsiones, el resto de los delitos van a la baja en el país.

En homicidios nos ha costado bastante, porque quedaron en activo y protegidas las bandas de la delincuencia organizada, pero ahí vamos avanzando y ya hay menos que cuando llegamos al gobierno. Hay una disminución en secuestros de alrededor de 75 por ciento que cuando llegamos. Y lo mismo en robo.

Agregó: afortunadamente habrá continuidad con cambio, va a continuar la transformación y esto se va a consolidar como una estrategia para garantizar la paz.

En apenas un lustro de historia, mencionó, la Guardia Nacional cuenta con la confianza de 75 por ciento de los mexicanos.

Por su parte, el comandante de la corporación, David Córdova, señaló que la Guardia contribuye con 47 por ciento de las operaciones de seguridad pública en el país, con el despliegue de 130 mil efectivos –se prevé que el próximo año sumen 150 mil–, de los cuales 80 por ciento son operativos.

A cinco años de su creación, detalló, cuenta con 401 cuarteles y su estructura organizacional se conforma por 32 coordinaciones estatales y 266 regionales, en las que se encuentran desplegadas 52 unidades tipo batallón, 551 compañías y 291 secciones de vías de comunicación.

Este despliegue ha rendido frutos: la detención de alrededor de 37 mil personas vinculadas a la delincuencia organizada; así como el aseguramiento de más de 11 mil armas y 11 millones de cartuchos, de 450 kilos de goma de opio y de 3 mil 450 de fentalino, la destrucción de 45 laboratorios clandestinos, entre otras.

Con gran satisfacción llegamos al primer lustro de este proyecto prioritario. El trabajo no ha sido fácil; sin embargo, hoy tenemos un cuerpo policiaco profesional y disciplinado, que se fortalece día a día, como lo requieren las exigencias de nuestro país, remarcó.