Pekín. Con dos medallas de plata, tres de bronce y una mención honorífica culminó ayer México su segunda participación consecutiva en el (IMSC, por sus siglas en inglés), celebrado desde el pasado 16 de junio en esta capital.

Con este resultado, el equipo nacional parte hacia la 65 Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO, por sus siglas en inglés), que se realizará en Bath, Inglaterra, del 11 al 22 de julio próximos.

Los galardonados con la plata son Rogelio Guerrero Reyes y Héctor Juan Villareal Corona; con bronce, Takumi Higashida Martínez, José Andrés Zamora Moncada y Mateo Iván Latapí Acosta; mientras Emiliano Hernández Barranco obtuvo la mención honorífica, con puntajes de 24, 22, 19, 18, 15 y 12, respectivamente. La delegación mexicana logró la posición 10 de entre más de 40 representaciones provenientes de Europa, Asia, África y América.

Durante las pasadas tres semanas, la delegación estuvo dirigida por los profesores Ignacio Barreda Bribiesca, Eduardo García Hernández y Eric Ransom Treviño quienes también participaron en talleres, conferencias, cursos y seminarios. Los jóvenes preuniversitarios contestaron exámenes del más alto nivel internacional, al tiempo que vivieron un intenso intercambio cultural.

Los ejercicios y problemas que aquí se resuelven están diseñados para buscar soluciones desde la ciencia a situaciones habituales en la vida cotidiana, pero cuya complejidad matemática es imperceptible, explicó Barradas poco después de haber arribado a la capital china.

El académico señaló que el logro obtenido por el equipo mexicano es resultado del esfuerzo de muchos años de trabajo. Algunos chicos llevan 5, 7 o 10 años participando en este tipo de eventos y entrenando estos temas. Son como deportistas. Su disciplina y dedicación con el trabajo los lleva al éxito. También es una etapa de crecimiento para los nuevos competidores, quienes en años próximos obtendrán mejores resultados y acumularán más experiencias.

La Olimpiada Mexicana de Matemáticas, encargada de seleccionar a los competidores que nos representarán en el extranjero, se organiza con voluntariado, todos regalamos nuestro tiempo, y el financiamiento para los entrenamientos y competencias internacionales se obtiene de fundaciones, gobiernos estatales, empresarios o las familias de los competidores.

Por eso, consideró el catedrático: falta institucionalizar la olimpiada. Es decir, que este proyecto no dependa de una persona u otra, sino que tenga una base institucional, pues en términos económicos ayudaría mucho tener un fideicomiso, con donaciones o aportaciones gubernamentales.