A mediados de julio, el director técnico de la selección nacional, Jaime Lozano, entregará un informe al comisionado de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), Juan Carlos Rodríguez; al presidente, Ivar Sisniega, y al director deportivo del Tricolor, Duilio Davino, sobre su reciente eliminación en primera ronda de la Copa América y el proceso que encabeza rumbo al Mundial de 2026.

En una breve junta el domingo en el estadio de la Universidad de Phoenix, Lozano recibió el espaldarazo de Davino para continuar en el cargo. El proyecto sigue como lo habíamos hablado, anunció el directivo. La decisión final quedará en manos de los dueños de la Liga Mx, que se reunirán mañana en Toluca.

No hay ninguna sorpresa, ¿no? A lo mejor Davino está contento y quiere seguir con la continuidad de fracasos, dice a La Jornada el empresario y ex directivo de la FMF, José Antonio García; no debería preocuparnos entonces si mañana vienen más malos resultados, porque es a lo que aspiramos. Si tienes una meta, eres ambicioso y no se cumple, se tienen que tomar medidas. ¿O estamos todos locos? Aficionados, periodistas, ex entrenadores. Se supone que en Qatar 2022 habíamos tocado fondo al quedar fuera en la fase de grupos, pero nuestro fondo sigue todavía más abajo.

Como reflejo del futbol mexicano, el Tricolor se encuentra en estado regresivo desde que dejó de ser el dueño indiscutible de Concacaf. Ese lugar ahora es de Estados Unidos. Mientras Lozano es el blanco principal de las críticas al no sobrevivir en un grupo que no enfrentaba a ningún favorito al título de la Copa, el único consenso entre ex futbolistas y federativos es que el problema es de carácter estructural. En tres partidos ante Venezuela, Jamaica y Ecuador, su equipo sólo convirtió un gol y fue obra del lateral del Monterrey, Gerardo Arteaga, en el triunfo sobre los caribeños.

Independientemente de que no haya el número de jugadores con la calidad que había hace 10-15 años, Jimmy no tiene los conocimientos tácticos, no sabe, no es arriesgado. Se vuelve valiente sólo cuando va perdiendo, considera García, cuya marca deportiva Garcís vistió al representativo mexicano en 1999, año en que conquistó la Copa Confederaciones en la final contra Brasil en el estadio Azteca. Los dueños del balón tienen que tomar medidas drásticas: la cantidad de extranjeros, el regreso del ascenso-descenso, todo eso que ya sabemos. Porque no sólo nos hemos estancado, sino que ya caímos más bajo. Están matando a la gallina de los huevos de oro.

La mayor parte de los elementos que participaron en el torneo continental regresaron ayer al país sin ofrecer declaraciones. Lozano, quien asumió el cargo un año atrás gracias a la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, permaneció en Estados Unidos para elaborar su informe. En un mensaje difundido en sus redes sociales, la dirección de selecciones nacionales respaldó la labor del entrenador con un mensaje que provocó más voces opositoras. Este torneo nos ha permitido empoderar a nuevos jugadores, señaló la publicación. Sin los líderes del vestuario de épocas anteriores, la digestión del fiasco se tornó más difícil.

Antes era un orgullo personal defender la camiseta de la selección, ahora sólo vemos vedettes en el campo. Los liderazgos no existen, sostiene el ex futbolista Javier Cabo Valdivia, quien en México 70 hizo historia con el Tricolor al avanzar por primera vez a los cuartos de final. “Cuando jugábamos nos ponían como ‘campeones’ si no mostrábamos coraje para jugar. ¿Cuándo vimos esa energía en esta Copa? ¿En qué momento se vio el carácter, la personalidad? Lo que pasa es que ya no hay calidad. Se han entretenido en buscar atletas y no jugadores de futbol. Este deporte se juega con la cabeza, no sólo con los pies”.

Este miércoles, los dueños de la Liga Mx celebrarán en Toluca una nueva asamblea en la que se discutirá la continuidad del proyecto rumbo a 2026.