Opinión
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Ciudad perdida

El corazón del nuevo gabinete

N

adie puede restar probidad a los miembros del equipo que hasta ahora nos ha presentado la virtual presidenta electa de la República, Claudia Sheinbaum, pero falta lo más polémico: el corazón del gabinete, lo político.

Cada una, cada uno, reúne condiciones que hasta el momento han dejado tranquilos a quienes votaron por la ex jefa de Gobierno, es decir, no sienten que el proyecto por el que depositaron su voto esté en peligro.

Con el tiempo se habrán de descubrir historias que dan idea de lo que se tuvo que salvar para lograr que la gente saliera a las calles a defender un sistema de gobierno que les ha dado ayudas y que ha buscado establecer formas de justicia para todos.

Queda un trecho largo por recorrer; hoy podemos decir que la honestidad sin duda ha avanzado, pero también, sin duda, permanece acumulada en lo más bajo de la escalera, y es preocupante.

De eso, posiblemente, se trate lo de ponerle el segundo piso a la 4T, y en eso tendrán que concentrarse muchos de los esfuerzos de la gente que acompañará a la presidenta.

No es, no parece un gabinete –hasta donde vamos– hecho a partir de caprichos y venganzas; por el contrario, los perfiles se ajustan a las necesidades viejas y emergentes del país, que ya no aguantan demoras para su resolución.

Las muy altas calificaciones de los nombrados no son, ni por asomo, una vacuna en contra de las tentaciones a las que lleva el ejercicio de la función pública, pero la línea trazada por Claudia Sheinbaum no permite ningún tipo de desviaciones, y eso lo saben sus colaboradores.

Así las cosas, los presentados hasta hoy parecen garantizar un importante desarrollo para México, el diseño de la ayuda a las empresas nacientes, por ejemplo, será uno de los ejes de mayor calado para sostener nuestra economía en cifras que reflejen en el producto interno bruto el bienestar de la gente.

Ahora falta, por decirlo de alguna manera, el corazón del gabinete, los encargados de la política, de la seguridad, del bienestar. ¿Quién a cargo de la gobernación para restaurar los derechos políticos del ciudadano para regular la voracidad del mercado?, por ejemplo. ¿Quién en el trabajo que deberá enfrentar las ya muy viejas formas de lucha sindical con la responsabilidad de equilibrar a los factores de la producción? ¿Quién que consciente de los daños y el abandono que ha sufrido la educación del país tenga la fuerza necesaria para enderezar el barco?

Y luego, ¿quién o quiénes para diseñar desde lo ya vivido los instrumentos que hacen falta para apaciguar esa parte de México en la que no parece funcionar del todo el método actual?

Las nuevas tareas que se han impuesto a las Fuerzas Armadas, la desaparición de la dependencia de los policías de la Guardia Nacional, la ubicación de las tareas de inteligencia y la responsabilidad que ello implica, en el caso de los militares, debe coincidir con el muy alto perfil de los otros miembros del equipo. El reto es mayor.

La forma que adoptó la presidenta para presentar al equipo ha logrado dar su lugar a cada parte, a cada personaje, y eso, todo indica, ha sido un éxito. Ya veremos qué pasa con la presentación del siguiente ¿sexteto?

De pasadita

Parece que se ha complicado el nombramiento del gabinete del próximo gobierno de la CDMX. Dicen que los que quieren no llegan y los que no quieren han pausado la decisión hasta que el gabinete federal esté totalmente conformado. Lo que aún no queda claro es el perfil de la gente que podría llegar. ¡Cuidado con eso!