Sábado 29 de junio de 2024, p. 5
Edzná, Camp., En las inmediaciones de la icónica ciudad maya de Edzná, con su majestuoso edificio de los Cinco Pisos, se reconoció, como una de las más importantes herencias del obradorismo, haber impulsado la más grande y ambiciosa investigación de la civilización maya y la recuperación de miles de vestigios de los ancestros de esta región.
La rehabilitación y ampliación de zonas arqueológicas del glorioso pasado de esta civilización requirió también una millonaria inversión pública. Durante la inauguración del nuevo museo de sitio en Edzná –uno de los nueve que se construirán a lo largo de la ruta del Tren Maya– el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió tener un arrebato de chovinismo.
“Lo del Tren Maya fue concebido para volver a unir las antiguas ciudades mayas porque –¡ay, ya estoy muy chovinista!– vamos a insertarnos con el mundo, pero que el tronco siempre sea el nuestro. Estoy muy orgulloso de que se esté avanzando. No es para presumir, pero no hay en el mundo una región como lo que fue y sigue siendo la nación maya.” Equiparó, entonces, a esta región con Atenas y con la cultura griega, sólo que en esta región son muchas Grecias
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Menos coloquial, Sheinbaum hizo un reconocimiento de nuestros ancestros y la recuperación que la 4T ha hecho del pasado indígena: la cultura maya que creó el cero y un sistema matemático vigesimal muy superior a los números romanos, que conoció el cosmos y construyó pirámides para celebrar la vida, la muerte y sus deidades
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Aquí está la grandeza de México, que surge de las grandes civilizaciones anteriores a la llegada de Occidente.
Cabeza de la recuperación de vestigios y de sistematizar su aportación para conocer la civilización maya, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto, hizo un apretado resumen de las acciones emprendidas asociadas al Tren Maya.
El despliegue del INAH no sólo es un esfuerzo de recuperación de materiales, “es la más grande investigación arqueológica colectiva de la civilización maya que haya habido (…) que asume compromisos ambientales y culturales”.
Detalló las inversiones destinadas por el gobierno federal no sólo para la recuperación de materiales, museos y de centros de atención: 2 mil 127 millones de pesos para la recuperación de vestigios e investigación; 2 mil 775 millones para el programa de mejoramiento de 29 zonas arqueológicas y poco más de mil millones para seis nuevas zonas en el futuro.
Por su parte, la gobernadora Layda Sansores contó que en las obras del Tren Maya hubo momentos de rispidez entre el general Gustavo Vallejo, encargado general de la obra, y el director del INAH. Uno pugnaba por acelerar los trabajos y el otro por garantizar la recuperación de vestigios, hasta que López Obrador ordenó: se protege el patrimonio y se agiliza la obra
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