La artista fue convocada por la UNAM y el Museo Jumex para la realización de una acción artística con el tema de la muerte
Sábado 29 de junio de 2024, p. 4
Paloma Contreras Lomas reconoció que sí piensa en la muerte de forma frecuente: Muchísimas muertes que a todos los que estamos aquí nos rondan; un eterno fantasma que nos recuerda, según nuestro lugar en este sistema de castas, qué tan cerca estamos
cuando ésta llega.
Abocada al video, la escritura, el dibujo y el performance, la artista chilanga (Ciudad de México, 1991) abordó el tema en una acción artística efectuada en el Palacio de la Escuela de Medicina, en una colaboración entre ese recinto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Museo Jumex, con motivo de la Noche de Museos.
La creadora fue convocada por esta última institución museística a propósito de la exposición Vivir para siempre (por un momento), del británico Damien Hirst, que se presenta en ese espacio privado hasta el 25 de agosto.
“El eje temático de esta invitación era la muerte, y me quedé pensando en qué sería mejor, si hablar de mis pobrísimas intenciones políticas en el arte o del señor Hirst y sus tiburones; o mejor aún, de sus escándalos: que si el tiburón blanco es real, que si se lo comieron, etcétera…”, explicó como parte del performance, el cual consistió en una lectura o charla tipo TED Talk basada en su propia historiografía y relacionada con la violencia en México.
De El Negro Durazo a las rancheras
La presentación, titulada Fiesta de ánimas (Salmos nocturnos), tuvo lugar en el patio de columnas del recinto universitario, en medio de la penumbra, sólo rota por pequeños reflectores de luz roja y una enorme pantalla en la que se proyectaron, a lo largo de los 35 minutos de la lectura-performance, videos y fotografías de personajes como Arturo El Negro Durazo, Luis Echeverría, Diego Fernández de Cevallos, la actriz Kate del Castillo, el Halconazo de 1971, la insurrección zapatista en Chiapas y películas rancheras mexicanas, entre otros temas.
Auxiliada por una lámpara sujeta en la cabeza al estilo minero, Paloma Contreras caminó todo ese tiempo alrededor de un pedestal colocado en el centro del patio mientras leía y hacía comentarios, acompañada por la música del artista multidisciplinario Alejandro Núñez Ferrara.
Comer esquites entre almas
Entre otros aspectos, advirtió a los espectadores que no era casualidad que tal acción artística ocurriera en lo que fue el Antiguo Palacio de la Inquisición y después la Escuela de Medicina de la UNAM: “Aquí espantan y huele a muerto; es más, en todo el Centro Histórico espantan.
No se nos olvide que estamos encima de una fosa de tipo ancestral, y en lo que nos comemos unos ricos esquites o vamos a misa, en realidad estamos lidiando con entes sobrenaturales, dioses de la muerte, mosquitos y algunos alaridos con olor a criollo y rata, como si esta fosa común prehispánica fuera una profecía de tiempos contemporáneos.
Paloma Contreras habló fuerte y de manera crítica. Recordó que, en este país, todos los días se encuentran cuerpos en las búsquedas de madres y padres que, acechados por el Estado, buscan a sus muertos acompañados del silencio, muchísimo silencio de tipo estatal
.
El clímax de la velada llegó de la mano de tres historias de entrañas violentas
, relacionados con pasajes oscuros de la historia nacional, dos de ellos, y, el otro, de corte autobiográfico.
Uno de los dos primeros tuvo que ver con la guerra sucia y el papel de Francisco Sahagún Baca, primo de Martha Sahagún de Fox y ex director de la mal afamada División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), de quien señaló que, aunque tiene su mausoleo en el panteón de Sahuayo, Michoacán, mucha gente descree de su muerte y algunos lo señalan como operador del narco en la zona.
El otro estuvo relacionado con el asesinato de Lucio Cabañas, en 1974, en la sierra de Guerrero, así como el caso de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos. La historia autobiográfica, en tanto, fue acerca de la desaparición de uno de sus tíos cuando ella era niña y cómo fue encontrado muerto tres días después en una zanja, con signos de tortura.