El futbol puede ser un dique de contención contra los malos momentos. México puso en el horizonte la meta de dar su mejor Copa América en Estados Unidos, donde su relación con los aficionados no ha resultado sencilla. En su debut ante Jamaica en el estadio NRG, en Houston, el Tricolor intentó enderezar un camino que ha revelado duras verdades, pero el deseo de querer competir en la élite ape-nas le alcanzó para ganar 1-0 con la lesión incluida de su capitán, el mediocampista Edson Álvarez.

El de ayer fue uno de esos partidos cuya trascendencia se conocerá con el tiempo, cuando todo pase. Álvarez era el péndulo que oscilaba libremente en el accionar del equipo, un líder consolidado, el referente europeo con el que el técnico Jaime Lozano se sintió arropado. Su salida a los 26 minutos, en un contragolpe del jamaicano Demarai Gray, voló por los aires la confianza de sus compañeros. Los médicos lo asistieron, comprobaron la gravedad del dolor en el muslo de la pierna izquierda y pidieron al cuerpo técnico su salida de manera urgente.

La imagen del jugador del West Ham United dejó a su paso preguntas sobre el efecto que podía te-ner su ausencia en la Copa. Después de la primera gran oportunidad de Luis Chávez en el inicio, en una acción en la que el portero Jahmali Waite se interpuso en su remate, el Tricolor sufrió el impacto de no tener equilibrio en su zona creativa. Los jamaicanos, elementos de una fortaleza física superior a la de los mexicanos, esperaron con paciencia su momento para atacar. Cuando lo encontraron, metieron más de una vez en problemas al portero Julio González con un ataques profundos y centros que probaron sus reflejos.

Uno de los más peligrosos lo tuvo a su alcance el delantero Michail Antonio, quien entró sin marca en el segundo poste y remató un centro directo alas redes. El árbitro Ismail Elfath, encargado de conducir el encuentro, validó en un primer momento el 1-0 de los Reggae Boyz, pero luego, con ayuda del VAR, echó atrás su decisión por un fuera de juego. Más que una señal de alerta, Lozano y su cuerpo técnico encontraron ahí la prueba de que el Tricolor debía torcer de manera definitiva su estrategia. Eso apresuró el ingreso de Carlos Rodríguez y Guillermo Martínez, este último pieza fundamental para generar la reacción.

Como lo hizo justo al principio, el representativo mexicano empezó a resolver los errores que le impidieron mostrar su jerarquía. No fue sino un lateral con experiencia europea, el jalisciense Gerardo Arteaga, quien finalmente marcó el gol que activó un estado de liberación en el terreno de juego (69). El futbolista del Monterrey recibió un pase retrasado de Luis Romo, quien heredó las funciones de Álvarez, y envió un zurdazo que cruzó el área grande para vencer el lance de Waite. Sólo así, el imperativo de ganar en su presentación se fue alargando hasta llegar al éxtasis.

La presión de Jamaica aun así continuó. Kaheim Dixon, Antonio y Greg Leigh, los tres en clubes de Europa, intentaron todo tipo de remates desde fuera del área. El Tricolor entonces se movía lento, sin exigirse demasiado, lo que ayudaba a desmentir un dominio abrumador y reflejaba la poca distancia que ahora existe con sus rivales en Concacaf. Si el empate de los Reggae Boyz no fue posible, mucho tuvo que ver una atajada salvadora de Julio González a un potente disparo de Dexter Lembikisa, que estuvo a punto de colarse por el poste izquierdo.

Lozano, siempre serio y con pocas estridencias en sus indicaciones, pidió al silbante el final del partido cuando transcurría el tiempo de compensación. Su angustia representó la de miles de aficionados que colmaron las gradas. Sin su capitán en su siguien-te enfrentamiento ante Venezuela, el equipo tricolor tomó el liderato del Grupo B con sus primeros tres puntos.

Un gol cambia el estado de ánimo de un equipo para bien o para mal. Sabemos que en una Copa América no va a haber un rival sencillo. Contra Venezuela, nos jugaremos el pase a la siguiente ronda. Hay muchas cosas por mejorar, señaló en su camino hacia el vestidor Arteaga, autor del tanto de la victoria. Teníamos que levantar el ánimo, no podíamos caernos. Salimos a buscar el partido y lo conseguimos, agregó Julián Quiñones.