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Un día sin mexicanos contribuyó a hablar de forma abierta de la migración, afirma Sergio Arau
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▲ Fotograma de la cinta, que se proyectará el miércoles en la Cineteca.Foto archivo
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de mayo de 2024, p. 8

No fue la película Un día sin mexicanos la que se clavó primero en la mente de Sergio Arau, fue la idea de hacer el cortometraje sobre qué pasaría si Estados Unidos amaneciera un día sin trabajadores mexicanos. Pero la concepción original se alteró y creció hasta volverse una película que cumple 20 años y es referente cultural en México y ese país.

Entre 1989 y 1992, las cosas no pintaban muy bien para el inquieto músico y cinerrealizador. Pero como suele suceder, el amor lo salvó y conoció a la actriz Yareli Arizmendi; se enamoraron y ella se lo llevó a San Diego. Cuando llegó allá, el impacto para el ex jefe Botellita de Jerez fue brutal, la vida es muy diferente a la de México, recuerda. Para colmo en esos años estaba en discusión la Ley 187, que iba en contra de los migrantes porque algunos políticos les achacaban todos los problemas del estado californiano.

Ante la situación a la que se enfrentaba como recién inmigrado Arau comenzó a canalizar su depresión y enojo; recuerda que su salvadora le dijo: “‘hay que hacer algo. Hay que decirles qué pasaría si de repente no hubiéramos mexicanos en California’. Eso fue un detonador, comenzamos a darle vuelta y decidimos hacer un cortometraje que viajó a muchos festivales y ganó varios premios. Y por ahí de 2002 se nos acercó Francisco González Compeán, me propuso hacer la película y en 2004 la lanzamos. Ahora está cumpliendo 20 años”.

A la pregunta de cómo siente que ha envejecido la película, señaló: esta semana la pasamos en el Museo de Arte de Chicago; confieso que tenía muchos años que no la veía. Pensé que se iba a ver muy lenta porque ahora las cintas son muy rápidas, pero no. Estuvo muy emocionante, al final quería hablar de ella, sin embargo, la plática se centró en el problema de la migración que en Chicago le toca directamente, todos son nietos, hijos, sobrinos de algún mexicano.

A 7 mil 300 días de distancia, en opinión de Arau –quien fluye entre México y Estados Unidos continuamente– la condición de los migrantes mexicanos sigue más o menos igual, aunque ahora tiene una visión más pesimista: por años hemos esperado la reforma migratoria y ahora creo que nunca va a ocurrir. Estamos hablando del seno del imperio y del capitalismo salvaje, si les dieran papeles a todos los migrantes que carecen de documentos, pues tendrían que darles los sueldos oficiales, otorgarles prestaciones y seguro social, eso generaría menos ganancias a las grandes empresas y atentaría contra su esencia. Creo que la famosa reforma migratoria nunca será aprobada, si pasa será sólo para ciertos grupos como lo que está pasando con los ucranios. Pero eso no va a suceder con los mexicanos que llevan muchos años tratando de conseguir papeles y nomás no llegan.

Ahora estamos en todos lados

A lo que sí contribuyó Un día sin mexicanos, a consideración de Arau, fue a que se hablara abiertamente del problema de la migración. Afirma: nosotros lo hicimos con humor con los jardineros y los que pizcan los jitomates, pero ahora los mexicanos y los mexicoestadunidenses estamos en todos lados: en el Pentágono, en Washington, en la NASA, en Hollywood, enseñando en las universidades, en hospitales, laboratorios y en Silicon Valley. La percepción ha cambiado y ahora hay muchos millones de mexicanos y latinos que votamos. Las redes sociales también han sido determinantes cuando estrenamos la cintas, pues no existían, sólo teníamos una página en Internet.

Y en estas dos décadas las cosas en la discusión del problema migratorio en Estados Unidos ha cambiado mucho. Arau narra: “con el fin de promover Un día sin mexicanos sólo teníamos dinero para unos cuantos espectaculares; el primero lo pusimos en Hollywood Boulevard y sólo decía ‘El 14 de mayo no habrá mexicanos en California’, y abajo la dirección web y se armó un desmadre, hasta se pensó que el ku klux klan había puesto el anuncio. Una tienda de autoservicio estaba cerca del anuncio y los paisanos comenzaron a enojarse y en tres horas lo censuraron, pero llegó mucha prensa a entrevistarnos, como de CNN, Univisión fue primera plana del WSJ y salimos en todos los noticieros vespertinos. Ayudó a que se vendiera bien la película”.

La película “ya se volvió parte de la cultura popular en ambos países; es la referencia de ‘Un día sin’ y provocó ese diálogo mucho más profundo y en detalle del problema migratorio, porque antes sólo éramos los mojados e indocumentados. Abrió un diálogo que permite entender las diferentes migraciones de latinoamericanos. En lo personal, me da mucho gusto que haya impactado de alguna forma la realidad de la situación mundial de los trabajadores, que van para dónde haya trabajo”.

Arau adelantó que está en los últimos detalles para comenzar la serie Un día sin mexicanos con Sony Pictures. Contó: cómo tardan las cosas. Lo que pasa es que las dos huelgas, la de escritores y actores, pospuso todo, pero ya estamos en las últimas negociaciones. Nos entusiasma muchísimo porque la presencia mexicana y latinoamericana está en todo, o sea, podemos hacer un capítulo en el Pentágono o en la Casa Blanca, somos la minoría más grande, estamos metidos en todo y hay mexicanos que han hecho cosas maravillosas y geniales. Yareli y yo ya estamos escribiendo los capítulos unitarios.

El miércoles se conmemorarán en la Cineteca Nacional los cuatro lustros de Un día sin mexicanos; proyectarán la película y habrá una charla con Sergio Arau y Yareli Arizmendi.