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Noble y añeja institución
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ace poco leímos en los diarios y redes que había una huelga en el Monte de Piedad que duró un mes; por fortuna, llegaron a un arreglo el sindicato y la noble Institución de Asistencia Privada sin fines de lucro. Su misión es el financiamiento social al prestar dinero con intereses bajos a cambio del depósito de un objeto, que puede ser desde una licuadora hasta una joya o una motocicleta; cuando le caiga un dinerito lo puede recuperar o lo deja a la venta y cuando se realice le dan parte de la ganancia.

Lo fundó hace 250 años el opulento minero Pedro Romero de Terreros y se le conoció como el banco de los pobres, ya que son millones las personas a las que la noble institución ha sacado de apuros a los largo de los siglos.

Para su creación, en 1774, el minero dio 300 mil pesos de oro de su propia bolsa para que iniciara su labor benefactora. Fue tal el éxito que el primer año se realizaron 17 mil empeños. Actualmente atiende alrededor de 6 millones de personas en todas las sucursales del país.

Su sede principal está en el Zócalo, en un sobrio edificio de tezontle y cantera que ocupa parte de lo que fue la inmensa residencia de Hernán Cortés. Al consumarse la Conquista, se adjudicó las casas nuevas, que era donde habitaba el emperador Moctezuma, y las casas viejas, que originalmente fueron del padre de éste, Axayácatl.

En este último lugar, Cortés mandó construir su residencia, tan grande, que los cronistas de la época la comparaban con una pequeña ciudad. La descripción corresponde a la de una enorme fortaleza con torreones en los cuatro ángulos y muchos patios.

Al ser una de las primeras edificaciones de la capital de la Nueva España, ahí se celebraron las primeras misas; funcionó como sede de la Audiencia y alojó al virrey mientras se terminaba el palacio virreinal, que hoy es Palacio Nacional.

La enorme mansión estuvo sujeta a varios juicios, primero contra Cortés y después hacia sus herederos; como consecuencia, se fue fraccionando hasta llegar al siglo XVIII, cuando su descendiente, el duque de Monteleone, vendió lo que quedaba de la inmensa edificación.

El edificio actual data del siglo XVIII, aunque ha padecido múltiples modificaciones. En el interior se descubrió hace unos años un piso original de recinto negro y se conserva la capilla donde se rezaban las misas por la salvación de las ánimas del purgatorio; de ahí el nombre de Montepío de las Ánimas.

Alguna vez comentamos que el edificio no está lejos de su vocación original en lo que al resguardo de tesoros se refiere. Cuentan antiguos cronistas que aquí Moctezuma tenía riquezas en oro que despertaron la codicia de los españoles, a quienes gentilmente alojó en ese lugar. Se dice que en sus azoteas fue apedreado el monarca mexica, muriendo horas después.

Hoy, la imponente construcción resguarda relojes, antigüedades, máquinas de coser, joyas y lo que se le pueda ocurrir. Hay alhajas de todos los tiempos, estilos y tamaños; los precios suelen ser bastante más bajos que en las joyerías.

Igual se encuentran unos sencillos aretes de perlas que unos ostentosos de rubíes y brillantes o una descomunal cadena de oro con un colguije de la santa muerte; es imposible no echar a volar la fantasía y tratar de imaginar su pasado.

Vamos a recordar la fructífera vida de Romero de Terreros, considerado uno de los hombres más ricos y generosos de la Nueva España. Fue dueño de las minas de Real del Monte, cercanas a la ciudad de Pachuca, y aún se pueden admirar en los alrededores dos de sus hermosas haciendas en las que se procesaban los minerales: Santa María y San Miguel Regla.

En varias ocasiones auxilió al tesoro real, regaló a la Marina de Guerra un navío de 80 cañones, socorrió conventos de monjas, hospicios y colegios. Por su generosidad e importantes servicios prestados a la Corona, fue nombrado conde de Santa María de Regla en 1768 por el rey Carlos III.

Quizás al leer esta crónica a algún lector se le ocurra darse una vuelta por el Monte de Piedad, sea para comprar una ganga o empeñar algún objeto, si anda medio bruja; en ese caso, el ambigú de este día va a ser sumamente económico y muy sabroso: tacos de canasta; el lugar: Los Especiales, en Madero 71. Lo va descubrir desde la calle por la larga fila de personas que esperan su turno para saborear sus taquitos sudados de adobo, chicharrón, papa, frijol, mole verde o picadillo. Le hacen honor al nombre del establecimiento.