n Chihuahua el plan C de Morena se tambalea. Su debilidad principal estriba en el pragmatismo que la dirigencia de este partido supuso crearía las condiciones para hacerlo posible. Como es sabido, el partido del Presidente no pudo ganar esa gubernatura en 2021. El panismo logró galvanizar el descontento por la crisis del agua en el sur del estado.
Ciudad Juárez quedó en manos de Cruz Pérez Cuéllar, ex panista apadrinado por Ricardo Monreal. Electo senador en 2018, Pérez Cuéllar tuvo que enfrentar un juicio de desafuero por haber recibido millones de pesos de la nómina secreta de César Duarte para su campaña a gobernador por Movimiento Ciudadano. También implicados estaban la ahora gobernadora María Eugenia Campos, su fiscal general César Jaúregui y el ahora diputado por Morena Armando Cabada. En aquella ocasión, Corral criticó el dictamen de la comisión instructora de la Cámara de Diputados por considerar que se ejercía una justicia selectiva al desechar el caso de Pérez Cuéllar y aprobar el de Francisco García Cabeza de Vaca, entonces gobernador de Tamaulipas. Ambos impulsaban la Alianza Federalista, ariete de los 10 gobernadores panistas opuestos a la 4T.
Hoy el alcalde juarense busca relegirse. Anunció su intención de demandar por daño moral a Plan Estratégico de Ciudad Juárez, asociación civil que había señalado que Chihuahua figura entre los estados con mayores índices de corrupción, debido a las malas prácticas en Juárez. Las polémicas adjudicaciones directas y sus consiguientes sobreprecios son el principal problema. Uno de los casos más documentados por la prensa local es el Mochilagate: 50 millones pagados por encima del precio en el mercado.
Antes de poder demandar a nadie, el alcalde con licencia debió enfrentar las consecuencias legales de los señalamientos de corrupción a su entorno. Un día después de separarse temporalmente del cargo tuvo que dejar su casa en Club Campestre. La Fiscalía Anticorrupción aseguró el inmueble como parte de una investigación penal por enriquecimiento ilícito contra Daniel Pando, hasta hace unos meses subalterno de Pérez Cuéllar. Ante señalamientos previos, este último dijo que pagaba alquiler por vivir en ese exclusivo fraccionamiento cerrado, donde, por cierto, también reside Esther Mejía, la síndica municipal, encargada de revisarle las cuentas. En una muestra de las fracturas en Morena, Mejía, tras señalar los malos manejos en la administración municipal, también pidió licencia para convertirse en la candidata de Movimiento Ciudadano.
El fiscal anticorrupción Abelardo Valenzuela aclaró que el aseguramiento de la casa valuada en 26 millones de pesos no es contra Pérez Cuéllar, sino contra Pando. No mencionó si procederá contra el alcalde con licencia y su administración por las 11 denuncias por corrupción que obran en la dependencia a su cargo.
En este contexto, el ex gobernador panista Francisco Barrio divulgó un video donde llama a llevar a la justicia a Pérez Cuéllar y a su hermano Alejandro, a quienes se refirió como los hermanos 20 por ciento
debido a que, según él, cada vez con más insistencia se habla de una oficina de recaudación alterna en que las empresas beneficiarias de las asignaciones directas deben pagar comisiones. El hermano del alcalde compite por el distrito 04. Durante su gestión como secretario de la Función Pública en el sexenio de Vicente Fox, el dicharachero Pancho Barrio prometió que caerían los peces gordos de la corrupción. No pudo entregar los resultados anunciados ni evitar que en la pecera de Acción Nacional se robustecieran algunos pececillos blanquiazules que ahora son centrales en la coyuntura electoral. Barrio es el mentor político de Javier Corral, Cruz Pérez Cuéllar y Rogelio Loya. El primero participa como candidato plurinominal a una senaduría por Morena y es asesor en materia de corrupción de la candidata presidencial. Vuelve a ser correligionario de Pérez Cuéllar, su compadre, que busca relegirse como alcalde morenista en Juárez. Loya, abanderando al PAN, le disputará la alcaldía a su también compadre Cruz Abelardo Valenzuela. El fiscal anticorrupción en el estado, y el fiscal general César Jáuregui son también parte de este grupo de amigos que en los años 90 prometían como cuadros de la ascendente derecha neoliberal en Chihuahua. Barrio, gobernador del estado entre 1992 y 1998, encabezaba lo que se conoció como la Familia Feliz.
El morenismo en Chihuahua está desdibujado y distanciado de los movimientos sociales de izquierda. Los liderazgos más visibles son inoperantes. Luego de su rompimiento político con la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, el ex delegado estatal y ahora candidato al Senado, Juan Carlos Loera, quedó en la orfandad. Sus antiguos allegados se refugiaron en el comal más cercano. Sin base social propia, la diputada Andrea Chávez se limita a esperar el pase automático al Senado. Se dice que en Juárez, inesperado bastión morenista en un estado predominantemente prianista, ganaría hasta una botarga debido al arrastre del presidente Andrés Manuel López Obrador. Es probable que así sea, pero eso no asegura el éxito de las candidaturas al Legislativo. Tampoco la lealtad de la chapulinada blanquiazul.
* Profesor de la Universidad de Texas. Novelista, ensayista y traductor. Su libro más reciente es Fabular Juárez: marcos de guerra, memoria y los foros por venir. Premio Chihuahua 1995