Madrid. La artista iraní Marjane Satrapi, quien vive en París debido a la persecución que sufre en su país, aprovechó la concesión del prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2024 para hacer un alegato a favor de la libertad y para recordar a las víctimas de la represión del régimen teocrático que la obligó a exiliarse. Irán es un Estado terrorista, denunció la creadora desde su exilio forzoso, además de criticar a las autoridades de la Unión Europea por no incluir a la Guardia Revolucionaria iraní como una organización terrorista.

La cineasta e historietista Satrapi, creadora de la novela gráfica Persépolis, fue reconocida con uno de los reconocimientos más importantes de su carrera, tras concluir los miembros del jurado que es “una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y la libertad. Satrapi es un símbolo del compromiso cívico liderado por las mujeres. Por su audacia y producción artística, está considerada una de las personas más influyentes en el diálogo entre culturas y generaciones. El premio desea poner de relieve el talento de Marjane Satrapi para reinventar las relaciones entre arte y comunicación, como en su novela gráfica Persépolis, en la que plasma de manera ejemplar la búsqueda de un mundo más justo e integrador”.

Cantar a la libertad

El galardón le sirvió para volver a situar los problemas de su país en la esfera internacional, al aprovechar el foro que le da el reconocimiento para celebrar la feroz lucha de mi pueblo por los derechos humanos y la libertad. Hoy se honra a todos los jóvenes que perdieron la vida y a los que continúan el combate por la libertad en Irán. Además, dedicó su premio a Toomaj Salehi, artista de rap, condenado a muerte hace unos días por cantar a la libertad.

Después, en una comparecencia ante medios de comunicación desde París, la artista explicó que si hay un impacto, si lo que hago ayuda, genial, pero en mi país todos los días matan y detienen a jóvenes... Nuestro mejor cantante de rap, Toomaj Salehi, que no hacía más que cantar la verdad, ha sido condenado a muerte. Así que un impacto, sí, pero ¿es un impacto real? No lo sé. Un impacto real sería reconocer a este Estado como un Estado terrorista. Lamentablemente el español Josep Borrell dijo que no. Así que aprovecho este premio para decirle al señor Josep Borrell que Irán está llevando a cabo cinco guerras, como en Irán, Irak, Siria, Yemen y Líbano. Todos estos grupos terroristas no funcionarían sin la ayuda de Irán. ¿Qué prueba necesitan para que los Guardianes de la República Islámica sean reconocidos como terroristas? Yo hago mi trabajo artístico. Es genial que me den premios y que me feliciten, pero si detrás de ello no hay acciones, después de todo, sí, estoy contenta, pero si te dan un premio de humanidades, tiene que llevar a algún sitio. Porque sí, una escultura de Joan Miró está muy bien, pero es sólo una escultura. La vida de un hombre es siempre mucho más importante y la vida que dan los jóvenes por la libertad siempre es mucho más importante.

La directora del Hay Festival de Segovia, María Sheila Cremaschi, fue la que presentó la candidatura de la artista iraní ante el jurado.

Hoy su obra se vuelve, con una actualidad aterradora, en una llamada al cuidado de las democracias del mundo; una reflexión sobre el costo humano de las guerras y de los regímenes totalitarios (tanto del sah de Persia como de la revolución islámica), señaló Cremaschi.