Los Celtics de Boston se pusieron a un partido de conseguir su pase a las semifinales de conferencia.

Fue su tercera victoria frente al Heat de Miami (102-88), que una vez más no fue rival para una franquicia que se perfila como la más sólida para llegar a la final de la NBA. Mañana podrían definir su pase a la siguiente ronda cuando la serie (3-1) regrese a Boston.

Ante más de 19 mil aficionados, la actividad volvió a Kaseya Center para el cuarto de la serie.

Luego de caer el sábado por una diferencia de 20 puntos, el Heat se presentó por segunda vez en casa con la oportunidad de empatar la eliminatoria.

El objetivo para Miami era claro: sorprender a los Celtics como lo hicieron el miércoles pasado en el TD Garden.

Nadie esperaba ese triunfo, y mucho menos con Jimmy Butler lesionado. Había ilusión por repetirles la misma dosis.

Sin Butler durante toda la eliminatoria, los locales tenían que apostar otra vez en la experiencia de Bam Adebayo y la juventud del mexicano Jaime Jáquez. Frente a un equipo plagado de mucho talento y sano en todas sus líneas, la encomienda se asomaba complicada para el Heat de Miami, que desde los primeros minutos no supieron plantear el juego.

Los Celtics, por su parte, no tardaron en mostrar el basquetbol que lo llevó a dominar la liga en toda la temporada regular.

Derrick White salió en plan grande. La mitad de los puntos en el primer cuarto recayeron en él.

Acertó cada uno de sus lanzamientos con la misma exactitud con la que un médico pasa su bisturí en el quirófano. El calvo fue efectivo en la zona de tres puntos; encestó cuatro de los cinco que intentó, para un total de 16 de los 34 puntos que los bostonianos consiguieron.

A White le tocó tomar el protagonismo que bien se puede repartir en un elenco lleno de figuras, entre ellas Jayson Tatum y Jrue Holiday. Jáquez poco pudo hacer frente a la efectividad de la visita. Los vigentes subcampeones fueron perdiendo combustible y su afición se diluyó ante la incapacidad de sus guerreros. Ni Lionel Messi ni el séquito de ex futbolistas del Barcelona (Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba) sirvieron de impulso en la arena.

Por un momento el inmueble se rodeó de grandes estrellas deportivas, pero ninguna que pudiera ayudar a rescatar al Heat; ni Jimmy Butler, en las gradas, pudo hacer algo por su equipo.

Los Celtics supieron aprovechar este desconcierto para cerrar la primera mitad con 18 puntos de ventaja. La remontada se asomaba cada vez más complicada. El tercer capítulo vino a confirmar la inoperancia de Miami. En este periodo los pupilos por Erik Spoelstra terminaron por ceder el partido. Ya sin espíritu combatiente, permitieron una diferencia de 23 unidades.

Las lesiones de Butler y Terry Rozier al final terminaron pesando; sólo una proeza podría regresar al Heat. Jáquez volvió a tener una participación discreta de nueve puntos; en cambio White guió a los Celtic con 33.