n uno de los acuerdos
con Alejandro Cadaval, director general de Actividades Deportivas y Recreativas de la UNAM, distinguido colaborador de la Secretaría General Auxiliar a mi cargo desde 1973, comentamos la conveniencia de tener un logo moderno para los deportistas universitarios. Habían competido con escudos varios, desde el escudo clásico de la Universidad con el águila y el cóndor y variantes del mismo, o con una U
mayúscula a la que a veces se le adosaba la cara de un puma. Escudos clásicos, pero que resultaban ya muy vistos
y no tenían una imagen moderna ni deportiva.
Estando de acuerdo, le pedí que tratáramos de buscar un logotipo moderno para los deportistas universitarios, para lo cual le sugerí localizar a un buen diseñador con quien hablaríamos para darle las características de lo que pretendíamos y tratara de rescatar en el logo la esencia de lo que queríamos para los deportistas universitarios: el espíritu de lucha, la lealtad deportiva, la garra puma
. Alejandro me expresó que en la Dirección a su cargo trabajaba una persona que le ayudaba con todo el diseño técnico que se requería en Actividades Deportivas, que poseía un enorme talento y creatividad, que estaba ya trabajando con nosotros y que tenía el espíritu Puma metido en las entrañas; me pidió que le permitiera hablar con él y solicitarle su apoyo.
Estuve desde luego de acuerdo. Se trataba de Manuel Andrade, El Pajarito, como cariñosamente se le ha llamado, parte del equipo de la Dirección; repito, a quien Alejandro Cadaval tuvo el gran tino de solicitárselo y quien después de un trabajo arduo y delicado de cientos de bocetos, nos presentó su propuesta, sencilla, llena de contenido universitario, elegante, bellísima; la aprobamos entusiasmados y se la presentamos al rector Guillermo Soberón, a quien desde luego le encantó. Cuando la vio, levantó los brazos y lanzó un ¡GOYA! que todavía retumba en mis oídos.
Decidimos hacer un gran escudo que colocamos en el llamado Reposo de los Atletas
, contiguo al Estadio Olímpico –que aún permanece allí–, y celebrar el 20 de abril de 1974 el inicio de nuevo logo deportivo, y que es, desde entonces, el emblema deportivo de los Pumas y, sin duda, aceptado por propios y extraños. Uno de los logos deportivos más hermosos del mundo y, para mí, uno de mis timbres de orgullo que le debo a mi acontecer universitario.
Cabe aclarar que para mucha gente el logo es del equipo de futbol profesional, lo que no es correcto, pues se estableció para el deporte universitario y se empezó a utilizar en todos los equipos deportivos, recreativos y representativos de la UNAM e inmediatamente después se incorporó a la camiseta del equipo de futbol.
Anécdota importante es que cuando en el Patronato del Club Universidad de Futbol, que presidía el ingeniero Bernardo Quintana Arrioja, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, que formaba parte del mismo, conoció el emblema deportivo que había diseñado El Pajarito Andrade, pidió que le permitiéramos diseñar la nueva camiseta del equipo de futbol y así surgió aquella primera camiseta con el enorme Puma en todo el pecho de nuestros jugadores, que hizo famosa Evanivaldo Castro Cabinho, por lo que mucha gente atribuía al arquitecto Ramírez Vázquez el diseño del Puma, pero que, como ya he mencionado, es obra cumbre de El Pajarito Andrade. Honor a quien honor merece.
Vayan desde estas letras, desde este grato recuerdo cincuentenario, mi afecto, agradecimiento y reconocimiento a Manuel Andrade, genial creador del más bello logotipo deportivo que existe.