a política de la administración 2024-2030 enfrenta seis grandes desafíos: activar efectivamente la atención primaria de la salud (no confundir con sólo dilatar programas preventivos tradicionales o prevenir en el primer nivel de atención); mejorar sustancialmente servicios clínicos (humanismo, tiempos de espera, calidad de la atención, abasto); seguir atendiendo el muy delicado capítulo laboral de la federalización y los profesionales sanitarios del régimen ordinario IMSS/Issste; diseñar estrategias coherentes de cuidados frente al envejecimiento (sólidamente financiado); consolidar avances del IMSS-Bienestar, que exige un adecuado modelo de atención semiurbano/urbano/rural, y diseñar una recta complementaridad con los privados. Entrar a la médula de éste desafío es el reto.
Como continuidad con cambio, el proyecto preliminar de pasos para la transformación comunicado por Claudia Sheinbaum en su discurso de inicio de campaña (1/3/24) muestra un complemento frágil y poco robusto del llamado segundo piso de la 4T que no entra a la médula del actual desafío sanitario.
El proyecto incluye dos pasos en salud para educación y mujer: hacer de la primarias públicas espacios de prevención
, atendiendo salud mental, adicciones, salud bucal y exámenes de la vista con lentes gratuitos a todos los que lo necesiten (paso 27) y para la mujer garantiza
acceso a la salud en todo su ciclo de vida, especialmente en materia sexual y reproductiva (paso 50).
Atendiendo la médula del núcleo duro de la salud, el proyecto enlista otros cinco pasos, observando que desde
su nacimiento, todos los mexicanos estarán afiliados al Servicio Público de Salud para el Bienestar que garantizará acceso a vacunas, cuidados preventivos, atención médica, estudios, laboratorios, cirugías y medicamentos gratuitos para hacer efectivo el derecho constitucional enla materia. El presidente dejará muy avanzado el camino y lo vamos a consolidar
. Apoyaremos al IMSS, al Issste y consolidaremos
IMSS-Bienestar (paso 38).
El paso 39 indica que para mejorar
la atención y el abasto de medicamentos, meteremos ciencia y tecnología: digitalizaremos todo el proceso logístico
. El paso 40 impulsará, para madres embarazadas
y los primeros mil días de vida, un programa especial que ayudará a prevenir enfermedades crónico-degenerativas y atenderá tempranamente otros problemas.
El paso 41 desarrollará un programa territorial de prevención primaria
para hacer un país activo y sano; dejar atrás la diabetes y la hipertensión llamado Salud, casa por casa. El paso 42 construirá consultorios familiares
en 154 municipios que aún no cuentan con ellos. Se reducirá la saturación
de clínicas y hospitales, completando
el rescate de la infraestructura abandonada en el periodo neoliberal y contratando el personal necesario.
El paso 43 ofrece ampliar
los programas y campañas destinadas a prevenir las adicciones, drogas químicas, prohibiendo el comercio de vapeadores. Finalmente, el paso 44 ofrece un programa nacional de salud mental dirigido a jóvenes, tercera edad y víctimas de violencia.
Sobre el núcleo duro (paso 38) debe observarse que el proyecto no atiende directamente la principal demanda: mejorar servicios. Sólo se refiere a continuar consolidando
el proceso de federalización vía IMSS-Bienestar y brindar apoyo
al IMSS y al Issste. Los pasos del proyecto muestran que existe alguna idea sobre lo que hace falta, pero claramente carece de una estructura definida para instrumentar la producción de la salud a mediano y largo plazos.
Como en el caso de improvisación de Zoe Robledo en el OPD IMSS-Bienestar, en los pasos tampoco se aprecia el establecimiento de un nuevo régimen sanitario, un cambio de paradigma, estructurado sobre la atención primaria de la salud.
Sin restar méritos, el sello Robledo hereda una improvisación armada en torno a basificación, acciones rehabilitatorias y equipamiento de la infraestuctura y atención médica con prevención
en el primer nivel atención. Es decir, no privilegia la atención primaria de la salud para establecer un auténtico cambio de régimen sanitario transitando de la atención de la enfermedad a la ausencia de ésta.
Frente a esta primera improvisación de Robledo, la administración 2024-2030 deberá asumir más de un complejo desafío innovador. Como observó Sheinbaum, “vamos a tomar el sistema como se queda ahora, con sus avances y vamos a impulsar el mejor sistema de salud pública para el bienestar (Reforma, 26/3/24).
En su calidad de cooordinador de los Foros por la transformación en el tema salud, el 25 de marzo pasado David Kershenobich presentó los 10 puntos para la república sana que desarrollan los previos Siete pasos para la Transformación, que serán objeto de próximos análisis, toda vez que, en esta materia, el primer debate (7 de abril pasado) aportó muy poco, salvo la confirmación de la urgencia de actuar muy pronto sobre la descrita médula de nuestro desafío sanitario.
* UAM-X