acer añicos la memoria con la destrucción de memoriales instalados por familiares de víctimas, desaparecer a los desaparecidos de los registros oficiales, cero diálogo con colectivos de búsqueda, incluyendo a los padres y madres de los 43 de Ayotzinapa, es lo que resume la actuación del gobierno federal ante la alarmante crisis de derechos humanos que arroja más de 120 mil desaparecidos y desaparecidas en el país.

En los últimos días las instituciones de gobierno han realizado acciones concretas contra la búsqueda de verdad y justicia. El miércoles 24 de abril, la Fiscalía General de la República (FGR) destruyó el Muro de la Memoria en el que durante cuatro años familiares de desaparecidos colocaron el rostro de sus seres queridos en mosaicos sublimados, junto a las huellas de quienes los siguen buscando, interpelando así a las autoridades por su falta de atención y acciones de búsqueda.

Antes de irse quieren destruir cualquier vestigio de memoria. Una no se imagina qué placer cínico les puede dar a los empleados y funcionarios de gobierno destruyendo las imágenes de los desaparecidos que los miran constantemente, reclamándoles que no hacen su trabajo, que no los buscan, señaló Desiré, del colectivo Huellas de la Memoria.

En el muro, entre muchos otros y otras, estaban también los rostros de los 43 normalistas de Ayotzinapa, cuyos padres y madres marcharon este viernes y se establecieron en plantón frente al Palacio Nacional exigiendo ser recibidos y que el Ejército entregue los 800 folios con información estratégica sobre el paradero de sus hijos.

Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, insiste en su derecho a saber. Estamos en abril y falta poco para que el Presidente se vaya, por eso tenemos la exigencia que nos dé los resultados antes, porque así se comprometió él.

Nos quieren ver desgastados, caminando, marchando. Y nosotros insistimos en preguntar qué ha pasado con los militares, por qué no los puede tocar, dice por su lado Clemente Rodríguez, padre de Cristian Alfonso. No nos cansamos, reitera, al tiempo que se preparan para plantarse en el Zócalo hasta el primero de mayo.

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