El Grupo de Trabajo del Senado que ha dado seguimiento a la tragedia en Ciudad Juárez, donde murieron 40 migrantes, recomendó ayer la separación temporal de Francisco Garduño de su cargo de comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) mientras esté sujeto a proceso judicial.

Al aprobar el informe sobre el caso, los integrantes de esta instancia lamentaron la negativa de algunas autoridades a comparecer ante los senadores, entre ellas la titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), porque ello obstaculizó el desarrollo de su labor.

Durante la discusión, el PRI y el grupo plural pidieron la renuncia de Garduño, pero Morena y el PVEM argumentaron que no puede ser removido de manera definitiva mientras no sea declarado culpable, pues se estaría atentando contra la presunción de su inocencia.

En lo que coincidieron los senadores de todos los grupos parlamentarios es que el funcionario no puede desempeñar las labores de titular del instituto mientras esté sujeto a un proceso de responsabilidad porque hay un evidente conflicto de interés, como puntualizó el morenista Rafael Espino, presidente de esta instancia legislativa.

Consideró lamentable Garduño siga al frente del organismo a pesar de los 40 fallecidos y 27 heridos en el incendio en la estación migratoria de Lerdo-Stanton y de la petición de la Fiscalía General de la República (FGR) de que el comisionado pida licencia o sea removido.

El informe aprobado contiene recomendaciones para que sucesos como el de Juárez no se repitan, dirigidas a las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Seguridad y Hacienda, así como al INM, la CEAV, la FGR, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, jueces y el Congreso. El pleno del Senado deberá ponerlo a votación antes del 30 de abril, cuando concluye el periodo ordinario de sesiones.

Beatriz Paredes Rangel, del PRI, señaló la necesidad de efectuar una revisión integral y urgente de la política migratoria, pero hay oídos sordos a ese reclamo, no parece existir la sensibilidad ante un hecho tan grave como lo sucedido en la estación migratoria de Ciudad Juárez.

Se trata, argumentó, de uno de los asuntos más dolorosos que acontecieron en la presente administración y muestra que hay una crisis en la política migratoria mexicana, de la cual nos tenemos que hacer cargo, porque de lo contrario se va a profundizar.