or obra y gracia del régimen neoliberal, la riqueza de la nación pasó a unas cuantas manos privadas (autóctonas y foráneas), se desmanteló al Estado como motor participante en la economía, convirtió a los gobiernos en meros gerentes del gran capital y el único beneficio para el país fue desatar la híperconcentración del ingreso y la riqueza, y, paralelamente, incrementar sostenidamente la pobreza.

Antes de que los tecnócratas asaltaran el poder (1982), el Estado participaba activamente en cuando menos 63 de las 73 ramas de actividad económica que en ese entonces tenía clasificadas el Inegi, pero con la imposición del régimen neoliberal tal participación prácticamente desapareció.

Los contados beneficiarios de esa política hicieron jugosos negocios con absolutamente todos los bienes de la nación (sin que los mexicanos recibieran algo a cambio, porque ni siquiera pagaban impuestos), pero no satisfechos siguieron con las instituciones del Estado, incluidas las únicas que de una u otra suerte atendían las necesidades de millones de mexicanos, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

El inventario prácticamente es infinito, y ayer el presidente López Obrador se refirió a un caso concreto: el rescate al Issste, que ya saben cómo lo recibimos: completamente fraccionado, lo privatizaron por pedazos, lo desmembraron, porque privatizaron los laboratorios, las ambulancias, todos los servicios, y se han venido integrando para volver lo público, público.

El mandatario recordó: se privatizaron ferrocarriles, bancos, empresas públicas, minas (y muchísimo más), pero por completo. Dos empresas se quedaron con los Ferrocarriles Nacionales; acá resulta que la privatización del Issste vinculó a 20, 30 empresas, o más, la mayoría vinculadas con políticos corruptos; lo mismo en el IMSS y en otras instituciones.

Y detalló: a unos les entregaron la distribución de medicamentos; a otros su venta; a otros, los laboratorios; a otros, la renta de equipos, hasta de camillas. Ya hemos hablado del lamentable caso de la privatización de las guarderías del IMSS y de las tragedias que esa política privatizadora ocasionó; todo para hacer negocios: familiares, gente cercana, amigos, cuando imperaba el influyentismo. Entonces, se ha hecho una muy buena labor ahora de integración para dejar una institución consolidada.

De acuerdo con la información presentada en la mañanera de ayer, la lucha contra la corrupción en el Issste ha permitido recuperar más de mil 877 millones de pesos y aplicar alrededor de 800 sanciones a servidores públicos y proveedores. Con el apoyo de las secretarías de la Función Pública y de Seguridad y Protección Ciudadana, se han iniciado 158 investigaciones y sancionado a alrededor de 716 servidores públicos.

Además de la construcción de unidades médicas y la ampliación de las existentes, con una inversión cercana a 13 mil millones de pesos, y la contratación de personal capacitado, se invirtieron 7 mil 256 millones de pesos en equipamiento, al tiempo que el abasto de medicamentos ahora se mantiene (como promedio nacional) en 96.7 por ciento. Las recetas surtidas representan 91 por ciento, y en ello participan Birmex y la Megafarmacia del Bienestar. Actualmente está abierto el proceso de reclutamiento para las 6 mil 472 personas que laborarán en estas nuevas unidades entre médicos, paramédicos y enfermeras.

Como parte de esa información, se dejó en claro que otra de las prioridades tiene que ver con la nacionalización de los servicios de salud. En este rubro también tenemos avances importantes, sobre todo en lo que tiene que ver con los servicios de anestesia y de hemodinamia, a partir de los cuales hemos realizado compra de equipo, contratación de personal, compra de insumos y se está avanzando también de manera muy importante con los servicios de banco de sangre y de laboratorio.

En pocas palabras, el salvaje régimen neoliberal no dejó rincón del Estado sin exprimir. Sin beneficio alguno para el país, los tecnócratas vendieron todo, todo lo entregaron, obviamente al círculo de amigos y cómplices, y las económicas y sociales consecuencias las pagaron millones de mexicanos.

Las rebanadas del pastel

Cuestión de modelos, estrategias y resultados: en dos años (2020-2022, con todo y pandemia), el gobierno de México logró sacar de la pobreza a casi 9 millones de personas; en Argentina, la hazaña del esperpéntico Javier Milei ha sido hundir en la pobreza a 3.2 millones adicionales ¡en tan sólo tres meses!

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