Política, despojo y resistencia, en torno a la obra de Adolfo Gilly.Foto Luis Castillo
Jueves 18 de abril de 2024, p. 4
La mejor forma de mantener vivo a Adolfo Gilly (1928-2023) es conversando con él mediante la lectura de sus obras, repasando la intensidad de su vida, además de la complejidad de su pensamiento
, sostuvo Rhina Roux Ramírez, doctora en ciencia política, durante la primera jornada del coloquio internacional dedicado al historiador, politólogo y docente argentino-mexicano.
En la Sala de Consejo Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, la también ensayista, analista y profesora añadió que sólo así preservamos y enriquecemos su legado intelectual
.
Leyó la versión ampliada de un texto que escribió el 7 julio de 2023, tres días después de que el intelectual y humanista falleciera en la capital mexicana. A continuación se transcriben algunos de los fragmentos.
“Entre la vida y las lecturas, su visión de la historia fue tejiéndose con hilos cada vez más finos, perfeccionando ese oficio de artesano, en coordinación del alma, del ojo y de la mano, que es el trabajo del historiador. En esa larga travesía, que es también el aprendizaje del oficio, Adolfo Gilly fue tejiendo lazos con el trabajo y las ideas de pensadores e historiadores provenientes de muy distintas, pero afines tradiciones de pensamiento.
“En su obra intelectual aparecen Walter Benjamin, Karl Polanyi, Antonio Gramsci, Edward P. Thompson, Ranajit Guha, Guillermo Bonfil Batalla, Bolívar Echeverría y Friedrich Katz.
Siguiendo la huella de todos ellos, Gilly expuso a una visión crítica de la historia que sin pretender hacer a un lado la rabia e indignación moral, buscó explicar y comprender el mundo. Una visión alternativa a aquella que entiende la historia como una sucesión cronológica de hechos muertos y cuyo registro, depositado en archivos y documentos, sólo hay que saber desempolvar.
Luego de que el rector de la UAM Xochimilco, Francisco J. Soria López, inaugurara el encuentro titulado Historia a contrapelo: Adolfo Gilly y el oficio de historiar, tuvo lugar la primera mesa de debate: Política, despojo y resistencia
, con la participación de las profesoras Gabriela Contreras Pérez, Edith Kuri Pineda, Diana Fuentes y el periodista Luis Hernández Navarro.
Contreras Pérez rememoró que en alguna ocasión, cuando iba caminando con sus hermanos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, éstos le dijeron: ‘Mira, él es Gilly, estuvo preso en Lecumberri y ahora da clases aquí’. Posteriormente, leyó un texto reflexivo y a manera de despedida.
Diana Fuentes puntualizó que “podemos atestiguar cómo –según Adolfo– el siglo XX no fue el de las luces, tampoco el del progreso, sino fue el de ese relámpago, cuyo recuerdo es preciso rescatar para iluminar el presente momento de peligro, como la violencia contra el pueblo palestino que se resuelve en los escritorios de quienes miran con desprecio y lejanía la vida de miles en la región”.
Al final de la charla, Luis Hernández destacó que Gilly fue un gladiador que vivió 95 años; gigante de pensamiento y de la lucha revolucionaria. Enfrentó dictadores, políticos corruptos, pasó por la cárcel y sobrevivió a sus propios camaradas. Fue un historiador, politólogo, docente universitario y un hombre comprometido con sus ideas
.
Convocado por la UAM, la UNAM y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), el coloquio continuará con tres mesas de debate presididas por un grupo de académicos, investigadores y especialistas nacionales y extranjeros, entre ellos los historiadores Felipe Ávila, director del Inehrm; Sinclar Thomson, de la Universidad de Nueva York, y Rafael Barajas El Fisgón.