Colosio abrió la posibilidad de discusión entre candidatos
El “¡hoy, hoy! de Fox, el escote de una edecán y el Ricky riquín, canallín de AMLO a Anaya, de lo más recordado
Domingo 7 de abril de 2024, p. 8
Con el debate presidencial que se efectuará esta noche en la sede del Instituto Nacional Electoral (INE) se cumplen tres décadas de esta práctica en México, cuya posibilidad de realización la abrió paradójicamente alguien que ya no llegó a participar: Luis Donaldo Colosio, candidato oficial asesinado en 1994.
Desde entonces se han llevado a cabo 10 encuentros, de los cuales se recuerdan más los sucesos en torno a éstos que la discusión y confrontación de proyectos.
Originalmente organizados a partir de negociaciones tortuosas entre partidos y candidatos, en México se ha logrado su consolidación otorgando al INE la responsabilidad de organizarlos, lo que ha permitido flexibilizar los formatos, que en su origen fueron muy rígidos.
Esta irrupción cualitativa en la democracia mexicana se registró en medio de los comicios más convulsionados de la historia contemporánea, con el asesinato del candidato oficial y la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en 1994, en el ocaso del salinato. Fue entonces, al rendir protesta como abanderado del PRI, que Colosio deslizó por primera vez la posibilidad de debatir entre los aspirantes a la Presidencia.
Incorporado a las elecciones en los estertores del viejo régimen, México llegó a los debates mucho después que otras democracias latinoamericanas: Costa Rica inauguró esta práctica en la región en 1980. Le siguieron Colombia, en 1984, así como Brasil y Chile, en 1989.
Un largo trayecto hasta 2012, que involucraba pactar prácticamente todos los detalles para acotar cualquier margen de sorpresa que afectara al candidato oficial, en su momento, fuera priísta o panista, cuyos partidos buscaban anular riesgos.
Si en 1994 el debate se fue fraguando a partir de un discreto intercambio de cartas entre Colosio y el abanderado de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, de 2000 se recuerdan las transmisiones televisivas con los tres candidatos Francisco Labastica (PRI), Cárdenas (PRD) y Vicente Fox (PAN), con la terquedad del panista y su célebre: ¡hoy, hoy, hoy!
, aludiendo a que se debatiera ese mismo día.
Para 2006, lo más memorable fue la silla vacía en el escenario para destacar la ausencia del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, en el primero de los dos debates realizados. Fue una propuesta promovida por el panista Felipe Calderón e impuesta al entonces Instituto Federal Electoral, bajo fuertes presiones de la Secretaría de Gobernación.
Seis años después, el incidente que acaparó la atención de la audiencia fue algo más mundano: el escote y entallado vestido de la edecán Julia Orayén, en algo que López Obrador denunciaría como distractor del fondo del debate.
En 2018, el formato de los tres debates que se efectuaron dio un salto cualitativo para romper con el acartonamiento que había prevalecido, dejando como resultado mayor interacción y confrontación entre los aspirantes a la Presidencia. Por primera vez se permitió a los moderadores un papel más allá de ser meros maestros de ceremonias para participar activamente con preguntas; esto dio lugar al despropósito de Jaime Rodríguez (El Bronco) de plantear mochar
la mano a los delincuentes.
También posibilitó a los candidatos mayor margen de maniobra, lo cual infructuosamente intentó aprovechar el panista, Ricardo Anaya contra López Obrador.
Desplazándose en el escenario, lo calificaba de hipócrita por haber enviado a su hijo a estudiar a España. La respuesta dejaría la frase más recordada del debate: “Es Ricky, riquín, canallín (…) Es un corrupto”, le reviró López Obrador, al recordar la lujosa casa donde vivía el panista en Atlanta.
Un nuevo intento de Anaya de descalificar la conducción de la economía por parte de López Obrador, cuando fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, provocó otro desplante del ahora Presidente cuando se le aproximó Anaya: “Voy a cuidar mi cartera…”, decía al momento de mostrarla.
A lo largo de estos 30 años de debates presidenciales, únicamente dos mujeres han participado: Patricia Mercado, como candidata del desaparecido Alternativa Social Demócrata, en 2006, y Josefina Vázquez Mota, por el PAN en 2012. Esta noche serán dos mujeres las principales protagonistas: Claudia Sheinbaum y Xóchit Gálvez.